1. Anita


    Fecha: 01/09/2024, Categorías: Incesto Autor: Riseva, Fuente: SexoSinTabues30

    En las mañanas salía con Jessy a caballo a recorrer la hacienda o me quedaba trabajando en el huerto de la abuela y ella era mi ayudante.
    
    La abuela no lo cuidaba mucho y el abuelo no tenía tiempo. Así que para mí fue ideal para ir aplicando las técnicas que iba aprendiendo.
    
    En las tardes nos íbamos a la laguna a pasar el calor. Nos desnudábamos en cuanto llegábamos y nos metíamos al agua a jugar.
    
    Después nos tendríamos el pasto. Ella, con sus 8 años estaba cada día más linda. Me gustaba verla desnuda a mi lado, con sus incipientes limoncitos y sus pezones levantados, su pubis prominente y sus labios vaginales gorditos y cerrados.
    
    Ella se ponía a jugar con mi flácido miembro hasta que lograba dejarlo al 100 %.
    
    – Te gusta? –
    
    – Si, me gusta mucho. No te importa que juegue un ratito? –
    
    – No mi niña, juegue todo lo que quiera –
    
    Y así lo hacía, jugaba todo el rato, era realmente un juguete, lo miraba por todos lados, veía las reacciones a diferentes estímulos al punto que comenzaba a brotar mis jugos pre seminales. Incluso hasta cuando comenzaba a eyacular, seguía jugando.
    
    Me dejaba descansar y volvía a jugar nuevamente. Yo no la tocaba, no quería que ella sintiera deseos. Ya me había costado convencerla de que no era bueno para ella porque era muy chica. Además que se lo había prometido a Anita. Ella sabía que íbamos a estar desnudos toda la tarde y que la curiosidad y el amor que ella me tenía, podía llevar a otra cosa.
    
    – Anda con ella, no me importa que se bañen desnudos y todo lo que eso significa, sólo te pido que la cuides, no le hagas nada, sólo es una niña – me había dicho ella.
    
    Como las niñas no tienen orgasmos, entonces es sólo un juego para ella. Ahora eso no significa que yo no pueda acabar en sus manos. Además de que me relajaba y disminuían mis pasiones.
    
    Cada tarde era lo mismo, salvo los fines de semana. El sábado estaban mis padres y el domingo Anita con Jessy se quedaban en su casa. De hecho el sábado Anita trabajaba medio día.
    
    Fueron unas vacaciones muy entretenidas, pero llegó el final. El viernes en la tarde, en la laguna, Jessy me dijo que me la llevara.
    
    – Llévame contigo – dijo montándose arriba mío.
    
    – Haré todo lo que tú me pidas –
    
    Me senté y la abracé. Ella pasó sus piernas hacia atrás y nos quedamos abrazados. Yo sentía su vulva húmeda y caliente, ella debe haber sentido mi verga dura contra su vulva.
    
    – Te quiero y me gustaría llevarte conmigo –
    
    – Sí, por favor, llévame – apretándose más contra mí –
    
    – No puedes dejar sola a tú mamá y a tú abuela y tu tío –
    
    Ella no sabía que su tío Francisco era su padre. Pero eran una familia unida. Aunque yo pudiera llevármela, no podría hacerlo.
    
    Se puso a sollozar en silencio, le hice cariño y le dije cosas bonitas.
    
    – Me amas ? – me preguntó mirándome a los ojos.
    
    – Claro que te amo y te voy a amar siempre – y era verdad, lo sentía en ese momento.
    
    Me besó en los labios con sus labios húmedos por las lágrimas.
    
    – Vamos, ...
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