1. El cliente de mamá// cap. 5


    Fecha: 30/08/2024, Categorías: Incesto Autor: JOS LIRA, Fuente: TodoRelatos

    ... la verdad es que no puedo… te juro que no puedo…
    
    Ella no responde. Y me parece mejor que no lo haga. Me echo un escupitajo en la palma de mi mano y me la llevo al tronco, para que resbale con humedad, al tiempo que con la mano libre intento acariciarme los huevos. Pero entonces… cuando intento traer a mi cabeza fantasías sexuales que me provoquen erotismo, escucho pasos acercándose al baño, y entonces la veo a través del espejo, parada, en ropa interior, en la puerta del baño.
    
    —Madre… ¡joder! —con mis manos trato de cubrirme mis genitales, aunque no lo consigo del todo—, ¿qué haces… aquí? ¡Por favor, regresa!
    
    Ella, descalza, deliciosa, sus ojos brillantes, tiene la vista clavada en mis nalgas, ya que estoy de espaldas a ella. Verla allí, de pie, con esas gordas tetas cayéndole en el pecho entre los encajes, con sus caderas anchas, abombadas, su entrepierna cubierta apenas con una minúscula braguita negra y su culo botando detrás, le da a su figura una connotación mucho más sexualizada y erótica que me provoca nuevos espasmos en el pene.
    
    —¡No me mires, Akira, no me mires!
    
    Me muevo un poco para decirle con la mano que salga y cierre la puerta cuando de pronto ella logra mirar mi pétreo falo, de perfil, exclamando:
    
    —¡Por Dios, Erik! ¿Sigues con esa erección…? Incluso ahora la veo más fuerte que antes… ¡madre mía, hijo! ¡Parece… un palo de hierro… por Dios!
    
    —¡Joder, Akira! ¡No me digas esas cosas! ¡Me pones más nervioso de lo que estoy! ¡Si en privado no puedo… acabar, mucho menos contigo aquí…! ¡No me mires, basta!
    
    —Erik, ¿pero es que tú usas drogas? —me reprende, sin apartar sus ojos orientales de mi verga.
    
    —¿Qué…? ¿Cómo se te ocurre, madre?
    
    —¡Es que la erección no se te baja! ¡No eyaculas! A ver, mi muchacho, como me entere que consumes drogas te juro que…
    
    —¡Te lo prometo que no, madre…! ¡En mi vida he consumido nada de eso! Cerveza y tequila sí. Hasta nicotina, pero de drogas nada.
    
    —¿Entonces por qué no logras acabar? Es tan raro. A tu padre a veces con solo dos manotadas él… ¡ups… perdón! ¡Perdón, hijo, no debí de…!
    
    —¡No importa, Akira, no importa! Lo que importa es que… no puedo, te juro que no puedo, y contigo aquí delante, menos podré.
    
    Mi madre suspira resignada, intentando parecer comprensiva. Y como si quisiera dejarme en claro que ella está de mi lado, esboza nuevamente ese gesto maternal que tanto me confunde y que a su vez me provoca. Avanza un poco más hacia a mí, con sus melones balanceándose, y me dice con un puchero:
    
    —Mi pobre hijo… no puedes tú solo, ¿entonces?
    
    —¡No, no puedo! —No sé ni qué mierdas responderle. Me siento como un estúpido allí de pie, con mi polla parada, y Akira detrás de mí, respirando profusamente, con sus tetas enormes tentándome a cada instante—. Es que… lo intento… pero…
    
    —Lo sé, lo sé… mi pobrecito hijo —me responde con la misma actitud aniñada de antes. Giro mi tronco hacia el espejo para que mi miembro deje de estar a la vista.
    
    Pero entonces ella posa una ...
«12...8910...13»