1. El cliente de mamá// cap. 5


    Fecha: 30/08/2024, Categorías: Incesto Autor: JOS LIRA, Fuente: TodoRelatos

    ... caminar hacia el cuarto, llevándome casi arrastras tirando de mi cipote, como si éste fuese una agarradera—. Pensándolo bien… tu padre no tiene estas magnitudes. ¿Te habrás desarrollado tanto porque te amamanté hasta los cinco años? Por Dios, Erik, a lo mejor debí de haberte quitado la teta a los tres años.
    
    Mientras arrastro mis pies detrás de ella tengo la horrible sensación de que mi pene explotará en su mano. Y es allí cuando mis venas fálicas redoblan sus palpitaciones. Las venas se me hinchan aún más y todo mi miembro comienza a arder de verdad, como magma vivo. Akira lo nota, porque se detiene frente a la cama y me mira con incomodidad. Finalmente retira su mano de mi tallo y me dice, suspirando con nerviosismo:
    
    —Acuéstate, hijo.
    
    —¿¡P… para… qu…e!?
    
    —Ya te dije que te iba ayudar.
    
    —¿Ayudar a qué, mad… Akira?
    
    —Sólo acuéstate, cierra los ojos y déjame a mí.
    
    —¡Mierda!
    
    —O dejas de decir palabrotas, Erik, o te juro que te haré un enjuague bucal con cloro. Que ya seas un hombre y ya tengas pelos en los testículos no te da derecho de decir esas cosas horribles delante de mí.
    
    Cuando menos acuerdo ella misma pone sus manos en mi pecho y me tumba en el centro de la cama, con mis rodillas flexionadas y mis pies apoyados en el suelo.
    
    Me incorporo cuando veo que ella se siente a mi lado, con sus senos hinchados aplastándose uno contra el otro.
    
    —¿Pero es que va masturbarme tú, Madre?
    
    —Shhh…
    
    —¡No puedes hacer eso! ¡No puedes masturbarme! ¡Eso es antinatural!
    
    Akira hace un gesto de abominación ante lo que le digo. Pero respira nuevamente, mirándome a los ojos, para decirme:
    
    —Esa palabra que usaste es muy fea, mi coronel. No me gusta. Masturbación es muy fuerte. Además yo… como tú dices, soy tu… madre —susurra la última palabra para que los de afuera no la escuchen—, y las madres no masturbamos a sus hijos.
    
    —¡Exactamente, así que si esa era tu idea, ni hablar!
    
    —Tomémoslo de la mejor manera, mijo. En lugar de esa palabra pongámosle “frotamiento.” Hagamos de cuenta que frotaré tu pierna… que con este tamaño que te cargas, casi es una tercera pierna.
    
    —¡Joder… mad…! ¡No me digas esas cosas!
    
    —¡Sólo estoy tratando de ayudarte, Erik, no seas ingrato! ¿Crees que para mí no es difícil? ¡Imagínate lo que estoy sintiendo al estar apunto de… masturbar a mi propio hij…!
    
    —¡No lo digas! —la mando callar, con horror.
    
    Tan sólo escuchar eso en voz alta me da náuseas. Y no por asco, sino porque sé que moralmente esto es una abominación. Por más caliente que esté justo ahora, sé que si dejo que ella me masturbe, vamos a terminar arrepentidos de por vida. Es posible incluso que nuestra relación nunca vuelva a ser la misma. Y yo no quiero eso. No podría soportar que mi madre jamás volviera a verme o hablarme por la vergüenza que sentiría.
    
    Esto que está ocurriendo ahora simplemente es por el calor del momento. Por la presión de aquellos cabrones de allá afuera. Por eso me vuelvo a incorporar, preparado para darle un ...