Mi esposo mi sobrino y yo, un matrimonio feliz # 1 - Relatos Eróticos

Mi esposo mi sobrino y yo, un matrimonio feliz # 1

... flujo por todo lo largo de la verga de mi sobrino y totalmente excitada lamí y chupé esa verga hasta dejarla limpita y cubierta de saliva y el fuerte sabor de mi flujo se diluía para dejarme saborear el gustito exquisito al líquido pre seminal de mi sobrino, eso me éxito aún más dándome a entender que mi sobrino estaba totalmente excitado y caliente juntando una cantidad impresionante de leche en sus bolas para satisfacer a su tía, continúe manándolo y ordeñando su verga desesperada y sedienta por el torrente de esperma caliente que llenara e inundara mi boca, esa increíble pija entraba y salía de mi boca y yo más me desesperaba por su leche caliente y Ricardito gemía, resoplaba y bufaba como un toro, con un rápido movimiento se incorporó levantándose de la reposera me tomo fuerte por la cintura y me hizo poner en una especie de posición de cuatro patas pero parada, con las piernas levemente separada y con mis manos apoyadas en la reposera y él se colocó por detrás de mí, introdujo su enorme verga bien profundo en mi conchita y afirmando sus manos en mi cintura donde termina mis espalda y comienza mi culo, utilizando su brazos como resortes para atraer y separar mi culo de su pelvis mientras su gran pija entraba y salía como un pistón de mi mojada conchita. Apretó sus manos en mi para afirmarse y poder bombear su verga en mi interior con mayor fuerza, para comenzar a lanzar potentes e interminables chorros de semen caliente al interior de mis entrañas, podía sentir como con cada disparo de leche hirviendo me llenaba cada vez más y más de leche la concha cuando termino de vaciar su caudal de leche dentro mí, me saco la pija de la concha y me di vuelta para mirarlo y vi que su verga que estaba totalmente empapada de la mescla de su semen y mi espeso flujo él se recostó en el pasto exhausto y yo me lance a chuparle la pija para limpiar con mi boca los restos de nuestro placer, lamí y trague ese manjar hasta la última gota de nuestras ardiente pación dejando su pija perfectamente limpia y seca, me acosté a su lado en el pasto. El me abrazo y nos quedamos unos largos minutos los dos besándonos y mimándonos como adolecentes en el refrescante césped hasta que tomé fuerzas y me levanté, me zambullí en la picana para refrescar mi cuerpo del ardiente e intenso sexo. Nadé por unos minutos y salí del agua y así toda desnudita y mojada me fui a quincho en busca de Alberto y un poco más de delicioso y refrescante vino blanco. A los pocos minutos se nos sumó al quincho Ricardito desnudo y todo mojado de haberse dado un chapuzón en la piscina, se acercó a su tío preguntando si lo podía ayudar en algo. Alberto le respondió que se encargará de la mesa, ya que faltaba muy poco y el asado estaría listo, Ricardito se encargó de la mesa y cuando todo estuvo listo, cenamos los tres, mis dos adorables maridos y yo desnuditos como Dios nos trajo al mundo, quedándonos de sobremesa y charlando hasta altas horas de la noche y cuando decidimos que era hora de irnos a dormir ...