Mi sobrino Alex - Relatos Eróticos

Mi sobrino Alex

... Eres un bombón.-

-Gracias mi rey, debo decirte que he pensado en serle infliel a tu tío, pero no he sido capaz a dar el paso.-

-Puedes confiar plenamente en mí, de hecho si necesitas algún día salir a un hotel o que deje la casa sola me lo dices y te prometo no decir nada a nadie.-

-Ay mi rey, si todos fueran como tú.- y me tiré a su silla llorando emocionada y le abracé y le di un beso en la mejilla.-Eres un caballero.

Por toda sorpresa, cuando me solté del abrazo tenía un bulto en el pantalón vaquero de aúpa. Debía tener una polla espectacular. Me quedé mirando para ella. Alex se avergonzó un poco, yo estaba ya muy cachonda y borracha, no sabía muy bien lo que hacía.

-Perdona tita, ha sido la emoción.-

-Pues debo decir que tienes mucha emoción en este momento. Quizás demasiada, ¿no?.-

El se quedó callado sin saber que decir

-Perdona, Alex, son cosas normales para tu edad. Pero no puedes estar con este malestar. Quizás pueda ayudarte a sacar esa emoción, ¿no crees? Al fin y al cabo ha sido todo por mi culpa…-

Por toda sorpresa Alex se me quedo mirando fijamente a mi vestido azul. Me analizaba, me miraba de cerca, lascivamente. Quería follarme hasta el final. Y yo en ese estado y momento no se lo iba a impedir.

Se acercó a mi poco a poco y me secó las lágrimas, levantó mi mentón y me dio un beso en los labios intenso y pasional. Me bajo el vestido y empezó a sobarme las tetas con el sujetador puesto.

-Te estaría muy agradecido si me ayudases con mi problema…- dijo mientras arrimaba su paquete a mi sexo.

-Vamos a mi habitación.- dije imperativamente.

Subimos a la segunda planta besándonos, como dos amantes, magreándonos, no éramos tía y sobrino, éramos dos amantes con ganas de vaciarse el uno en el otro. Puro amor, pura pasión. Me dejé caer en la cama y mi sobrino me quitó, ya por completo, el vestido. Me quedé en paños menores, mi sujetador negro de encaje y un tanga a juego con él bastante sexy, mientras mi sobrino se agachaba para seguir besándome y magreándome entera.

Le dejé todo el trabajo a él, empezó magreándome las tetas, encantado, aún sin quitarme nada más, restregaba su pantalón contra mi tanga, todo esto estaba siendo súper excitante para mí, estaba casi próxima al orgasmo y aún no me había tocado por dentro. Estaba claro que mi sobrino había recibido buenas lecciones de sexo y ya era mucho más experto que yo con 22 añitos. Mientras seguía restregándose decidió quitarme el tanga, de manera muy lujuriosa y sensual, y pudo acceder a mi depilado sexo, amplio y con unos labios muy remarcados. Sin mediar palabra empezó a chupármelo, con calma, moviendo su lengua en círculos , estimulando mis labios, mientras yo gemía, gemía como una loca, era la mejor lengua que había tenido ahí debajo en mi vida, lo hacía lento, pero no iba a tardar mucho en llegar al orgasmo.

Sin hacer falta que yo le dijera nada, cuando me vio más acelerada empezó a atacar mi clítoris, dándole lametones verticales muy rápidos ...