Mi sobrino Alex - Relatos Eróticos

Mi sobrino Alex

Me llamo Olivia y tengo 47 años. Me crié en Valladolid, con mi hermano mayor Pablo y mis padres, hasta que conocí a Javier, mi esposo, y nos mudamos a Madrid ya que él lleva una empresa de desatascos.

Javier tiene 6 años más que yo, y es muy agradable, muy trabajador y se pasa muchas horas fuera de casa, es alegre y divertido, pero el paso de los años pasan para todos. Ese el padre de mi hija Noelia, que tiene 21 años y está actualmente estudiando un Erasmus en Lituania.

Yo trabajé durante años en una librería, pero al expandir Javier su empresa, empezó a ganar mucho dinero y por lo tanto pude dedicarme exclusivamente a criar a nuestra hija, y a comprarnos un chalet espectacular en las afueras de Madrid, de dos plantas, 5 habitaciones, un gimnasio, dos piscinas, una terraza para tomar algo y 3 baños. Para todo esto tenia dos asistentes que limpiaban la casa y me ayudaban mucho. Mi vida era feliz y tranquila criando a Noelia.

Mi marido trabajaba mucho pero yo nunca le fui infiel, siempre fue atractivo y muy alegre, medirá 1,75m más o menos, pero estos últimos años se había quedado con la típica barriga cervecera de cincuentón y con cada vez menos pelos, casi calvo y regordete, cada vez hacíamos menos el amor.

Yo siempre estuve buena. Tengo la tez clara, la piel muy fina, pocas arrugas por operaciones estéticas que me ha pagado mi marido, soy rubia teñida con el pelo muy largo y rizado, ojos verdes, cara alargada pero risueña, me considero atractiva. Mido 1,69, peso 67 kilos, soy una mujer con buenas caderas, algo curvy, me hice la lipo hace 8 años, a los 39, y en los 23 años que llevo casada con Javi nunca le he sido infiel, como ya he dicho antes, pero siempre he mantenido una muy buena forma, haciendo deporte a diario y cuidando la dieta para mí y para mi familia, con muy pocos vicios y muy de vez en cuando, más allá de viajes y salir a cenar o de compras.

Lo que siempre ha destacado de mi físico son mis pechos, los heredé de mi madre pero aún tuve más, son muy grandes, me los retoqué un poco hace 2 años y aún siguen turgentes, mi marido me lo paga todo porque me ve como una Diosa, lo cierto es que no quiero hacerme de más pero siempre he sido presa de miradas de hombres de absolutamente todas las edades, y en la playa con el bikini más aún, me siento muy deseada y eso me excita mucho, y mi marido o no se da cuenta de las miradas o no se quiere dar cuenta.

La vida cambió cuando, en agosto de este año, murió mi cuñada presa de un cáncer. La desgracia para mí hermano y mi sobrino fue mayúscula. Mi hermano trabaja mucho como camionero y me pidió que si podría ir Alex a estudiar a Madrid y quedarse en nuestra casa este curso, ya que quiere hacer el máster de profesorado y opositar y su padre tiene miedo que al estar tanto tiempo sólo se pudiera perder con los estudios y juntarse con malas compañías.

Yo le dije que lo consultaría con Javier, el cual accedió de inmediato, siempre se llevo genial con Javi y además que nuestra ...