1. Tres noches durmiendo en una cabaña con su padre


    Fecha: 24/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... no hay nadie.
    
    Dulce sacudiendo la nieve de su cabeza y de su gabardina negra miró para lo que había dentro de la cabaña y le dijo:
    
    -Ya veo, ya.
    
    La cabaña no tenía tabiques divisorios. En ella había una cama con barrotes de hierro a los pies y a la cabecera. Una chimenea, una cocina de hierro, dos sillas, y dos mesas, una mesa pequeña sobre la que había una máquina de escribir y cantidad de folios, y otra mesa más grande en la que se comía. Una despensa y un armario. El piso era de madera de pino, lo mismo que la cabaña, el armario... En la pared izquierda, según se entraba, colgaba un jamón empezado y a un lado de la cocina sobre un cordel varias ristras de chorizos. En una esquina había dos barriles y a su lado una palangana con un cubo dentro. En la pared trasera había dos puertas cerradas, una daba al inodoro, que solo tenía una taza y otra a la leñera. Eugenio viendo cómo su hija miraba para los chorizos, se quitó la gabardina, la sacudió, la puso en el respaldo de una silla y le preguntó:
    
    -¿Qué le vas a decir a tu madre?
    
    -En caso de que no tengas una querida, yo no te he visto. ¿Por que la engañas?
    
    -Por no desilusionarla. No soy vegetariano
    
    Dulce echándole un vistazo al jamón, le dijo:
    
    -Eso no hace falta que lo jures.
    
    Eugenio le iba a dar una noticia que no esperaba.
    
    -Vete quitando el abrigo que hasta que se despeje de nieve el camino te tienes que quedar aquí.
    
    Dulce corrigió a su padre.
    
    -No es un abrigo, es una gabardina y no me voy a quedar aquí.
    
    Eugenio dejó la maleta a un lado, se puso en cuclillas delante de la chimenea y con una piña encendió el fuego.
    
    -¡Que remedio te queda! Con el camino nevado en moto te matarías en alguna pendiente.
    
    Dulce volvió con la tontería de la querida.
    
    -Tú lo que quieres es que no vea a tu querida. ¿La va a buscar el taxista?
    
    Señalándole una vieja máquina de escribir Olivetti, le dijo:
    
    -Esa es mi querida... Y los chorizos y el jamón mis mejores amigos y...
    
    -Y voy yo y me lo creo.
    
    Eugenio levantó la voz.
    
    -¡Me importa un bledo lo que creas, niña!
    
    -No soy ninguna niña, papá, y no me chilles.
    
    Eugenio se fue a la cocina de hierro, metió leña en el fogón y con otra piña lo encendió.
    
    Dulce quitó la gabardina, la puso a los pies de la cama y quedó vestida con un mono negro de cuero ajustado al cuerpo que marcaba todas sus formas. Eugenio al verla, le preguntó:
    
    -¿¡De donde has quitado esa ropa?!
    
    Se sentó en una silla y le respondió:
    
    -Lo compre hace un par de días. Era para darle una sorpresa a mi novio esta noche.
    
    Eugenio miró para su hija de abajo a arriba y le dijo:
    
    -Seguro que se la ibas a dar, boquiabierto lo ibas a dejar.
    
    Dulce se puso colorada y cambió de tema.
    
    -¿En cuánto tiempo se irá la nieve?
    
    -Un año antes de casarme con tu madre estuve una semana aislado.
    
    -¡¿Tanto?!
    
    -Sí, pero no creo que esta vez tarde tanto en derretirse. Si rompe a llover, en dos días ya el camino de tierra estará transitable.
    
    -¿Y yo ...
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