Atada, expuesta y dominada - Relatos Eróticos

Atada, expuesta y dominada

... carnosos'Yuhhuuu por fin algo comparable, en efecto un gran coño y con los labios internos grandes y carnosos, como los míos. Sentí paz y armonía con mi propio ser. Aún con eso, la postura tan expuesta me mortifica.

Bueno basta de divagar, al turrón. Las cuerdas no son muy gruesas, fuertes pero suaves a la piel. Intento averiguar su recorrido por mi cuerpo. Las manos atadas juntas a la espalda, también las noto por debajo de mis costillas y el abdomen. Los pies atados juntos, las rodillas abiertas hacia afuera y dobladas no las puedo estirar. Y las manos no las puedo separar del tronco.

No he movido la cabeza, el miedo me lo ha impedido. Aunque está muy oscuro me aterra mirar y descubrir alguna forma terrible o algún movimiento furtivo. Me armo de valor y levanto la cabeza al frente. Mierda, una de las cuerdas está en mi cuello. Me pasa por la nuca y no me termina de rodear si no que se une en mi escote y baja hasta…

Dios esto no puede ir a peor, me pasa por mitad de mi sexo y el culo hasta llegar a mis manos. Hasta ahora no la había notado porque tiene cierta holgura. Puedo levantar la cabeza e incluso medio cuerpo si ajusto mi postura y mis manos. Pero tengo que tener mucho cuidado si no se me hunde en la vulva y la raja del culo. Me incorporo un poco y miro a mi alrededor, más oscuridad, inmensa, inescrutable. Aterradora.

Durante mi análisis de situación y los movimientos que he realizado llego a la conclusión de que no estoy en el suelo. La superficie aunque estable es suave y blanda. Como si fuera piel o un símil.

Estoy en shock, mis cuerdas vocales bloqueadas, la boca seca. Aunque mi mente ha funcionado a ratos, me veo incapaz de gritar y pedir ayuda.

Despacio una luz blanca empieza a formarse delante de mí. Es una puerta, debe estar a unos cinco metros. No sé si sentir alegría o miedo. La incertidumbre me hace temblar. La puerta se abre completamente y se recorta una silueta a contraluz. Miro expectante y se acerca a mí lentamente. Soy incapaz de ver ningún detalle, el contraluz es muy intenso. Por fin encuentro el valor para hablar.

-Por favor, ayudame- gimo en un hilo de voz.

La figura se acerca más, es alta, grande, está desnuda. No. Está desnudo. Aunque no puedo ver bien los detalles, si puedo apreciar el cuerpo de un hombre alto, fuerte, majestuoso. Mi cuerpo me traiciona dando un latigazo de placer en la parte baja del abdomen. Lo que se traduce en que mis flujos se desparraman mojando la cuerda que cruza mi vagina. Bajo la cabeza para quitar tensión del amarre y ocultar mi vergüenza.

Ha llegado hasta mí, me coge la mandíbula con delicadeza y hace que corrija mi postura para mirarle. Lo que provoca una fricción agradable en mi ya hinchado clítoris. Sigo sin poder discernir con claridad por la luz. Pero tiene unos rasgos agradables muy masculinos. Hago acopio de valor y lo vuelvo a intentar.

-Por favor, ayudame, estoy atada- Obvio, pero estoy muy tensa para ser coherente.

-No te preocupes, te desataré- ...