1. No pude soportar ir a casarme


    Fecha: 25/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ropa, me crucé a Carolina desnuca y después a Tomas de la misma manera. Me di cuenta que al menos por la casa estaríamos desnudos todos. Me enteré esa tarde que los cinco pertenecían a un grupo de amigos que realizaban orgias.
    
    Me duché y cuando salí del baño estaban todos tomando el sol en la piscina. Carolina había sacado vino, cervezas y algo de picar. La verdad es que después de la ración de sexo del día anterior tendría que estar desihibida por estar desnuda con ellos, pero me cortaba mucho el que me viesen el coño tal y como se les veía al resto.
    
    Al principio todo estuvo tranquilo hasta que Tomas y Carolina en una esquina de la piscina empezaron primero a besarse y después a joder. Para cuando me di cuenta Lourdes me comía el coño mientras Juan la penetraba desde detrás. Follamos a la luz del sol durante horas.
    
    Aquella noche antes de dormir, Tomas se coló en mi cuarto, en realidad más que colado, le tocó dormir conmigo. Tomas inauguró mi culito. Me dolió un montón, pero finalmente me corrí como una cría. Fue algo increíble sentir como milímetro a milímetro aquel pedazo de carne entraba en mis entrañas y empezaba a moverse primero matándome de dolor y finalmente haciéndome llegar a la gloria. Fue fascinante durante la noche como una catarata de lefa iba cayendo desde mi esfínter hacía fuera.
    
    Follamos en grupo todo el domingo hasta escasos 30 minutos antes de coger el coche de vuelta a casa.
    
    El lunes en la tarima escribiendo en el encerado me dolía el culo y el coño y no podía olvidar las escenas donde dos machos me penetraban por mis dos esfínteres ni siquiera 24 horas antes.
    
    No supe nada de ellos hasta dos semanas después en la que me invitaron a una fiesta en un chalet en la sierra. No encontré transporte hasta allí por lo que tuve que usar mi coche. Cuando llegué más de 30 personas tomaban copas o bailaban, ante mi sorpresa una pareja follaba en una tumbona y en la parte que no cubría de la piscina dos hombre se follaban a una chica gritona. Aquello prometía.
    
    Yo me acerqué a la barra y me puse una copa y algo de comer. Empecé a hablar con gente mientras a nuestro alrededor la gente empezaba a fornicar. Fue algo natural que Erik un amigo holandés del anfitrión con sutileza me presionó en el hopmbro para hacerme agachar y meterme su duro rabo en la boca.
    
    Para cuando Erik se corría en mi boca mi viejo amigo Tomas petaba mi culo, que a pesar del dolor inicial entró sin problemas. Esa noche pasé por la polla de al menos cinco chicos y les comí el coño a dos chicas, una Lourdes y otra a la que no he vuelto a ver desde entonces.
    
    Volví a casa ya de día sin bragas y con una descomunal resaca. Esa tarde me había metido en el grupo de whatsapp donde organizaban las quedadas para las orgias. A partir de ese momento no debía esperar una invitación, solo acercarme (aunque es cierto que en ocasiones me llamasen para insistirme)
    
    No tuve que esperar mucho para la siguiente quedada, el miércoles me llamaron para invitarme a una ...
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