Como me convertí en un cornudo III - Relatos Eróticos

Como me convertí en un cornudo III

... mano en su nuca para tratar de tener mayor profundidad en ese beso. Jugábamos con nuestras lenguas; nos separamos de ese beso profundo, un hilo de saliva salía de nuestras bocas. Se veía su cara de excitación y en la mía también.

Me acerqué a su cuello y poco a poco fui bajando hasta llegar a sus pezones. Succioné y lamí se pezón mientras que con el otro le apretaba y lo pellizcaba, haciendo que Iván lanzase pequeños gemidos. Me separé y bruscamente lo agarré del cabello y le jalé la cabeza hacia atrás, le dí una pequeña cachetada.

-¿Creíste que iba a ser como antes? No putito, aquí tú me vas a dar placer a mí, no yo a ti.- Lo jalé hacia abajo y restregué su cabeza por encima de mi pantalón. – ¿Vas a querer verga? ¿Quieres que te de verga?

– Sí, papi, quiero que me des de tu verga.-

– Así me gusta zorrita- Me saqué la verga del pantalón y forcé a Iván a que se la tragara de una sola vez.

-Agghh- Sólo se escuchó la arcada y trató de zafarse, pero le impedí para que pasara eso, al contrario, le metí más la verga.

-Ah no, andas en busca de verga, ¿No? Así que aquí la tienes. Cométela completa- Comencé a cogérmelo por la boca, se la sacaba para que pudiese respirar, pero tan pronto como agarraba aire, se la volvía a enterrar toda, la saliva se le se salía por toda la boca.

-Ufff así me gusta, que te la puedas comer entera. ¿No te que no te cabía entera? De saber que tenía una puta por novio, te habría cogido así desde que nos conocimos. – Le saqué la verga de la boca para que pudiera hablar, su cara era de excitación total.

-Ufff papi, me encanta como me dar verga, es súper rica. Quiero que siempre me la des así. –

-Ponte en 4 y ábrete bien el culo. Quiero ver que tan abierto te lo han dejado esos cabrones.

Iván se quitó toda la ropa y se puso en 4, dejando a la vista su culo tan rico, redondo, con piel tersa, depilado. Era todo un manjar. Se veía que a pesar de todo, todavía lo tenía bastante cerrado. Me acerqué y le metí dos dedos, y no hizo nada más que un pequeño gemido, Le metí inmediatamente 4 dedos, y ahí sí dio señales de un poco de dolor, pero no dijo nada. Fui metiendo los dedos y a sacarlos, mientras que con la otra mano le jalaba el cabello. Me acerqué a su oído y le susurré.

-Así te gusta que traten, eh. Ni has dicho nada hasta ahora, sí que eres una zorra.

-Así me gusta, pero te hace falta más para que seas un macho- Jamás esperé esa respuesta de su parte, eso me prendió muchísimo. Lo dejé de jalar del cabello y le dí una nalgada que hasta el vecino debió de escuchar.

-ahhh, dios eso si me dolió. Se trata de que me guste, no que me dejes una moretón.

-Aquí las putas no hablan, hasta que su macho lo diga- Le saqué los 4 dedos de su culo, y lo jalé hacia la orilla de la cama., le abrí las piernas un poco más para que su culo quedará bien abierto para mi verga. Poco a poco la acomodé en su entrada y la fui introduciendo.

-Ahhhh! Dios, que rico. Se siente muy rica tu verga en mi entrada.- Le ...