Como me convertí en un cornudo III - Relatos Eróticos

Como me convertí en un cornudo III

Me puse a pensar de que manera podría hacer que Iván revelase todo esto, quería que nuestra relación se convirtiera en una relación cuckold, aunque en realidad no estaba del todo convencido, porque aunque estaba muy excitado por lo que vivía, después de que se iba la excitación venía los complejos morales, la insuficiencia, los celos. Eran muchos sentimientos encontrados, muchas emociones por las cuales estaba pasando y no sabía qué hacer.

Seguí la semana normal y le había comentado a Ivan que se quedase conmigo ese sábado en la noche para ver unas películas y compensar el tiempo que no nos habíamos visto. Llegó el sábado, vimos unas películas, pasamos tiempo de pareja y pues con el momento de estar abrazados, el calor y netflix. Empezamos a besarnos.

Nos besábamos poco a poco, fundiendo nuestras lenguas en un beso apasionado, con una mano comencé a tocar el culito de Iván por encima de la ropa mientras que Iván iba metiendo su mano por debajo de la playera; comenzó a pellizcarme un pezón y con la otra fue tocando mi miembro.

Yo por mi parte, fui bajando de poco a poco su pantalón y sus bóxers, para dejar su culito al aire libre, le empecé a masajear su culo con mi mano, mientras que con la otra agarré su cabeza para poder besarnos más profundo. Estaba disfrutando demasiado eso, y aunque no lo crean, también se veía a Iván que lo estaba disfrutando. Dejé de besarlo para poco a poco ir besándolo por el cuerpo, comencé a besarlo por el cuello, bajé besándolo por la clavícula del hombro y llegué a sus pezones. Chupe con demasiado énfasis, como si fuera un becerrito, me encantaban su pechito, porque a pesar de estar delgado tenía tantito pechito. Fui bajando y lentamente metí su lengua en su ombligo.

-Mmm que rico, me encanta como chupas ahí- Sabía que era una de las partes débiles. En un momento le quité por completo los bóxers junto con el pantalón, dejando esas piernas que tanto me volvían loco al aire libre. Tenía unas piernas delgadas, pero bonitas. Bajé completamente hasta estar a la altura de su verga. Bien dicen que flacos desnalgados, vergón asegurado, su verga me volvía loco, morena, de aproximadamente unos 16 o 17 cm, ladeada hacia la derecha un poco cabezona, bien podría él ser activo, pero no le gustaría. Empecé a jugar con mi lengua en la punta, y fui rodeando con lengua el tronco, con una de las manos agarré sus huevos y los comencé a masajear para darle mayor placer. La cara de Iván estaba llena de placer.

-Ufff lo haces muy bien, me gusta mucho- Alcanzaba a escuchar que decía Iván. Poco a poco Fui tragándome su verga entera, hasta sentirla dentro de mi garganta, mi boca tocaba su pubis. Dejé de masajear sus huevos e iba a dirigir mi mano hacia su hoyito y justo antes de tocarlo, Iván me interrumpió.

-Espera!- Dijo con una cara de asustado.

-¿Qué pasó?- Me había sorprendido que de la nada me hubiese interrumpido.

-Es que me da penita, porque estoy en mis días por así decirlo. Es que ya ves que comí unos tacos ...