1. Eric. La fiesta salvaje 2 – Familia vampírica 11


    Fecha: 16/08/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... hacia porque tenía muchas ganas de mear, que si no… Empezó a salir un chorro aún más fuerte que el de su amiga e igual de grueso. Tania se movió ligeramente para cogerlo sin dejar perderse más que unas pocas gotas.
    
    En la pantalla los sensores del collar me indicaban que se estaba corriendo a la vez que bebía. Sin tocarse. Solo con las sensaciones de inducción nerviosa y la meada que estaba tragando. El punto álgido del orgasmo también se dejó ir soltando una meada que hizo que algunos de la pista se apartasen.
    
    Verla beber la orina de la chica supuestamente heterosexual, a la vez que ella orinaba y se corría mientras algunas decenas de ojos contemplaban su coño abierto convertirse en una fuente, alguno hasta se apartó, hizo que se me terminase de poner dura. Cuando Alicia acabó su amiga la hizo apartarse del hueco.
    
    —Ahora no quiero —gritó Esther—, que mees en la boca de esa puta. ¡Quiero ser tu retrete!
    
    —¡Quieta! —grité yo. Ester se paró en el primer escalón—. ¿Estás segura de lo que quieres?
    
    —Sí.
    
    —Entonces demuéstralo. —Me acerqué y me puse en la posición de la escalera por dentro.
    
    —¿Cómo?
    
    —Para empezar pidiéndolo como corresponde —repliqué— y después ganándotelo.
    
    —Sí amo —aceptó ella que ya había captado de qué iba el juego. Se arrodilló, agachó su cabeza y me besó los dedos de los pies. Se incorporó un poco para mirarme a la cara—. Esta humilde puta solicita que deje tranquila a su putita, que ya ha bebido bastante y tenga a bien convertirme a mí en su retrete.
    
    —Dicho así me dan ganas de usarte incluso para más. —Aunque según la ficha Esther había indicado scat como un límite inaceptable se pasó la lengua por los labios. Dude de si habría cogido el juego de palabras o no—. Pero para beber un líquido de mi polla te lo tendrás que ganar ordeñando el otro. —Lo cierto es que el empalme que había cogido hacía imposible que orinase, así que si quería mi meada, como parece ser por sus gestos, se lo tendría que ganar.
    
    »Solo con tus labios —anuncié tras una larga pausa al verla subir las manos—. Brazos a la espalda. Y no solo eso pero ahora te iré dando el resto de instrucciones.
    
    Al estar un escalón por debajo su cabeza quedaba más o menos a la altura de mi abdomen. No tenía que bajar mucho.
    
    —Bien —proseguí—, puedes bajar un escalón o dos. Lo justo para quedar a la altura. Estas son las reglas: no puedes mover el cuello. Solo la boca y el cuerpo. Los brazos a la espalda o los pones en cruz para sujetarte de las barras laterales, pero no las primeras sino las segundas. —Eso la obligaba a tener los brazos completamente extendidos—. Tienes cinco minutos para ordeñar mi leche y tragártela. Si no subirá la dificultad y el dolor. 
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