1. CUANDO GABRIEL REENCONTRÓ A MERCEDES


    Fecha: 16/08/2024, Categorías: Incesto Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos

    ... fuera; en un restaurante más bien carito se reunieron los cuatro aunque la alegría no fuera la nota dominante de la reunión. La cena se acabó antes de lo previsto, pues los padres pronto reclamaron la vuelta a casa.
    
    Tan pronto volvieron a casa, papá y mamá pidieron a Mercedes que, como cada noche, les preparara su vaso de leche bien calentita, y ella así lo hizo. Al momento los padres se fueron a la cama y Gabriel hizo lo mismo muy poco después.
    
    Cuarenta minutos después, o tal vez más, cuando Gabriel empezaba a sumirse por fin en los primeros y someros sueños, el ruido de la puerta al abrirse le fastidió el proyecto onírico. Entreabrió un ojito y al momento abrió los dos como platos, al tiempo que de un salto, como quién dice, se sentó en la cama
    
    ¡Pero!... ¡Pero!... ¿Estás loca Mercedes? Si los papás te ven aquí, en mi cuarto, y de semejante guisa…
    
    Lo menos, lo menos… ¡Me capan!... ¡Me capan Mercedes, me capan! ¡Y de ahí p’arriba!...
    
    Efectivamente, era Mercedes, su hermana. Descalza y con un camisoncito de tirantes cuya tela, de puro tenue y liviana, era casi transparente. Y cortito, muy, pero que muy cortito, pues para llegarle a las rodillas le faltaba un trecho.
    
    Tranquilo hermanito; papá y mamá duermen como troncos. Acabo de pasar por su puerta, y roncan los dos que tú no veas. ¡Anda con mamá, siempre quejándose de los ronquidos de papá! ¡Pues menuda “trompeta” gasta cuando duerme boca arriba, como ahora! Te garantizo que a esos les tendremos que despertar si queremos despedirnos de ellos antes de irnos, porque, de “motu proprio”, no despiertan antes del medio día.
    
    ¿Y eso tú cómo lo sabes?
    
    Sencillo hermano. En los vasos de leche les he disuelto somníferos que dormirían hasta a un caballo
    
    ¡Pero cómo haces eso insensata!
    
    Gabriel se había tirado de la cama al oír lo de los somníferos, dispuesto a ir al cuarto de sus padres a despertarles y mantenerles despiertos hasta que el efecto se hubiera pasado, ante las consecuencias cardíacas que la locura de su hermana pudiera producir.
    
    ¡Tranquilo hermano, tranquilo! Todo está bajo control. No iba a ser tan irresponsable como para darles una sobredosis que se los llevara al Otro Barrio. Para eso tiene una amistades, y mi amiga Lola, la médico que atiende, precisamente a papá y mamá, me ha dado la dosis suficiente para mantenerlos dormidos y sin esos peligros. No pensarás que quiero matarlos.
    
    Gabriel quedó más tranquilo con lo que Mercedes le dijera. Pero al punto se volvió a intranquilizar recordando algo de lo que su hermana dijera y que al pronto no lo captó, pendiente como estaba por el resultado que para la salud de sus padres tuviere la “trastada” de Mercedes
    
    ¿Se puede saber qué quieres decir con eso de “Despedirnos de papá y mamá antes de irnos?
    
    ¿Sabes hermanito? ¡Pareces tonto! Porque, digo yo, que lo de “Despedirnos de papá y mamá” está bien claro: Que tú, mañana, no te vas a ir solo, sino que yo me voy contigo. ¡Que nos iremos los dos juntos, vaya!
    
    ¡Ni ...
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