1. Un castigo en la granja (10)


    Fecha: 23/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos

    ... dios mío, vaya escote! Podía ver casi la mitad de sus grandes tetas.
    
    - Te gusta?
    
    - Tía… estás… impresionante! – contesté casi eligiendo las palabras. A mi tía no podía decirle, “estás para comerte! O quizás sí?
    
    - No crees que se me ven demasiado las tetas?
    
    - No, que va! Tienes unas… tetas estupendas y está muy bien que las muestres!
    
    - De verdad que te gustan mis tetas? A mi me parece que son demasiado grandes, jijiji! – dijo cogiéndoselas por abajo para levantarlas.
    
    Mi polla ya danzaba libremente bajo el mono como si buscará la salida. Me acerqué a ella despacio, observando cada centímetro de su sensual cuerpo. Mi deseo aumentaba por momentos pensando en si me dejaría quitarla el vestido. Que llevaría debajo? Se habría puesto algún tanga, o quizás unas bragas más grandes con los típicos encajes?
    
    - Estás guapísima tía! Y me encanta el tamaño de tus tetas!
    
    Le susurré al oído a la vez que le pasaba una mano por la cintura.
    
    - Puedo tocar el vestido a ver cómo es la tela de suave?
    
    - Toca, toca! Para eso lo he comprado, Jijiji!
    
    Pasé la otra mano, y ya con las dos tras su espalda me atreví a bajarlas hasta el culo. Se lo apreté con suavidad y sentí toda esa carne deliciosa. Me pareció algo violento ponerme a meterla mano directamente.
    
    - Cuanto hace que no bailas?
    
    - Uy hijo, ya no lo recuerdo!
    
    - Te apetece que bailemos?
    
    - Ahora, aquí?
    
    - No te parece un buen sitio?
    
    - Si… claro, pero sin música?
    
    Saqué el móvil del bolsillo del mono y busqué algo de su tiempo, para que le sonara y le fuera más fácil.
    
    - Ah, si! Mira esta canción la recuerdo! – me dijo agarrándose a mi cuello.
    
    Tiré el móvil sobre la cama y me aferré a su culo con fuerza, como si no quisiera que se me escapara, algo que ella no tenía intención de hacer. Puso la cabeza sobre mi hombro y sus tetas se aplastaron contra mi pecho.
    
    - Ufff, aprieta fuerte cariño! Eso me encanta!
    
    Esta vez fue ella la que tomó la iniciativa. Bajó una mano y buscó sobre la tela abultada hasta agarrarme la polla.
    
    - Tengo muchas ganas de ver esto, jijiji!
    
    - Y yo de verte las tetas! – le dije sin pensar.
    
    - Y a que esperas, cielo? Solo tienes que desabrochar algún botón, jijiji!
    
    Subí las manos con rapidez y comencé con el primer botón de los tres que mantenían sus tetas apretadas. Ella no se quedó atrás, tan solo tuvo que tirar de la cremallera hacia abajo hasta que hizo tope en la zona del bajo vientre. Desabroché los dos botones restantes y aparecieron sus tetas sujetas por un delicioso sujetador a juego con el vestido. La tela apenas podía sujetar sus grandes tetas, y unos gordos pezones querían reventar el centro.
    
    Ella metió la mano entre el mono abierto y buscó la carne dura que crecía en el interior. No tardó en encontrarla y rodearla con todos sus dedos.
    
    - Dios mío! Que rabo! – prácticamente fue la misma expresión que el día anterior.
    
    - Te gusta tía? – le pregunté a la vez que ya lamía la carne de sus tetas que dejaba visible el ...
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