1. Amistad: una relación sadomasoquista


    Fecha: 09/08/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... centímetros de la boquita de su vulva a la que ya apuntaba con la estaca aceitada con la esencia de la fruta del olivo.
    
    Comenzó a empujar.
    
    -estoy un poco seca, le dijo Ana, has debido chuparme un poco antes… échame un poco más de aceite.
    
    Laura rebañó el taco en aceite de oliva pero antes de volver a ponerlo en posición le pasó la lengua varias veces por el clítoris para excitarla un poco.
    
    Volvió a empujar: En ese momento comenzaron sus verdaderas vidas sexuales.
    
    Ana al sentir el dolor abrió la boca y los ojos y le colocó una mano en el hombro para tratar de limitarla: -¡cuidadito que duele mucho!
    
    Laura sintió un ramalazo de placer cuando oyó la súplica de su amiga, muy parecido al que había sentido cuando en el momento de su primera menstruación había estado con su cara cerca de la salida de los flujos de Ana y había percibido su dolor a través de sus lamentos.
    
    Pasó uno de sus fuertes brazos por detrás de sus nalgas y la prensó atrayéndola hacia sí con fuerza y determinación para que no pudiera escapar.
    
    Impulsó con fuerza el taco hacia adentro. Ana gritó con fuerza: ¡coño, así no! ¡Así no! Le templaba el cabello con desesperación y trataba de zafarse pero Laura era muy fuerte y decidida.
    
    El palo había avanzado progresivamente en su interior y Laura no perdía de vista su vagina abierta y mientras aspiraba sus aromas a sexo estragado, estaba pendiente de la salida de la sangre que pronto emanaría.
    
    Apretó con fuerza el taco hacia adentro y Ana gritó desesperada. Laura sintió que su propio orgasmo le latía pugnando por salir. Empujó más fuerte y sintió a Ana desgarrándose.
    
    Ana chillaba y pataleaba y trataba de sacarse el palo con sus propias manos pero Laura era muy fuerte. Esta, le gritaba que se aflojara, que se relajara: ¡afloja la cuca, maldita! ¡Suéltate!... ¡No joda!
    
    Con un esfuerzo de su voluntad para librarse de parte del dolor, Ana le hizo caso y relajó conscientemente sus músculos sin dejar de gritar y patalear. Un grito agónico salió de su garganta cuando el palo tocó fondo.
    
    Laura… soltó su orgasmo en ese crucial instante, entre temblores y sudores... dejó caer su cara sobre la entrada vulvar de la otra y soltó el palo que quedó enterrado en la vagina de Ana latiendo al ritmo de la musculatura estragada por el dolor y el esfuerzo. Parecía que estuviera vivo.
    
    Laura gritaba su placer de tal manera, que Ana se asustó y -con todo lo que aun sentía- se enderezó sobre sus codos para observar lo que le pasaba a su amiga.
    
    La vio en pleno orgasmo restregando su cara contra su vulva. La sangre había empezado a salir por los bordes del taco enterrado. Entonces, con un movimiento brutal, se arrancó el madero de la entrada y pegó la boca de Laura en su boquita vulgar para que se tragara su dolor y su sangre.
    
    Otro orgasmo -más potente que el anterior- atenazó las entrañas de Laura al sentir el sabor ferruginoso de la sangre.
    
    Cuando levantó su cara para mirar sonriente a Ana, la tenía llena de restos de ...
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