1. Amistad: una relación sadomasoquista


    Fecha: 09/08/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... faz de Ana era un espectáculo de sangre, sudor y lágrimas. Laura reía a carcajadas burlándose y celebrando lo que había hecho.
    
    De repente un fuerte orgasmo la sorprendió y en cuestión de instantes su faz cambió de la de burla, a la deformada por el placer.
    
    LAURA Y ANA
    
    Laura era morena clara, cabello encrespado, alta, de cuerpo fuerte y grueso; curvas pronunciadas con tendencia a la gordura, nalgas grandes y vagina oronda.
    
    Ana, en cambio, catirita de pelo lacio, bajita, bella de cara, cuerpo delgado de figura perfecta y elegante... su vagina parecía la de Barbie.
    
    Habían tenido varios novios pero no se dejaron desvirgar por ellos, no porque tuvieran algo contra eso, sino porque ninguna de las dos tenía una razón que las convenciera de hacerlo.
    
    Besos y manoseos sí hubo a granel, muchos dedos llegaron hasta la entrada, pero no se dejaron penetrar.
    
    Ambas se contaban sus impresiones y sensaciones lo más detalladamente posible. Ana gozaba más con sus parejas masculinas cuando estas le chupaban los senos y Laura, cuando le mordían los labios.
    
    Laura se dejaba meter el dedo “por detrás” porque disfrutaba del dolor.
    
    Un día así como así, decidieron desvirgarse entre ellas.
    
    VAMOS A DESVIRGARNOS
    
    Lo prepararon todo cuidadosamente. Se encerraron en su lugar secreto una noche en la que sus padres habían salido a una fiesta.
    
    Nadie las molestaría. La primera sería Ana, después le tocaría a Laura.
    
    Días antes del rito, habían preparado unos tacos de palos de escoba que recortaron meticulosamente y a los que les lijaron los bordes; los recubrieron con varios condones bien sujetos para que el roce disminuyera. El taco de Laura -para que tuviera mayor grosor- llevaba un trapo enrollado bajo los condones, agregaron al botiquín de desvirgamiento un frasco de aceite de oliva y todo listo.
    
    Esperaron la fecha de la fiesta con calma y determinación.
    
    Ninguna de las dos pensaba en tener un acto sexual en regla con placer, orgasmo y requiebros de cadera ¡No! Lo único que esperaban era experimentar conscientemente la angustia de la pérdida de la virginidad. Esperaban algo mecánico y en total intimidad, entre ellas, para describirse lo que sintieran, para aprender y quizá en el futuro, practicarlo con otras si resultaba placentero y atractivo.
    
    Sería divertido ver sus propias sangres fluyendo y saber si dolía tanto cómo decían. Eso era todo.
    
    Ana, cuando estuvo en posición para comenzar el proceso desvirgatorio, le dio tan poca importancia al hecho en sí, que se había dejado la camisa, pero Laura le aconsejó que se despojara de ella para que no la fuera a manchar si la sangre chispeaba, pero ella se negó porque la noche era fría.
    
    En ese momento tenían casi diez y ocho años y sus cuerpos eran desarrollados y atractivos.
    
    Ana se abrió de piernas sobre la mesa que habían escogido por su altura y resistencia. Sostuvo sus labios vaginales bien abiertos con sus dedos para facilitar la maniobra de Laura que mantenía su cara a pocos ...
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