Diario de un recién reconocido sumiso - Relatos Eróticos

Diario de un recién reconocido sumiso

... había dado cuenta, pero hasta ahora no nos habíamos dado ningún beso. Éste fue apasionado y muy sensual.

Al terminar de besarnos le dije a Jacky - voy al baño que hasta ahora mismo no he podido mear

Llegué al baño y me subí el vestido, me bajé el tanga y me disponía a mear cuando Jacky que pasaba por ahí me dijo – de eso nada preciosa, las chicas mean sentadas. Así pareces una guarra. Siéntate y mea sentada cariño.

Me senté y me tocó mear sentado. Ya puestos a representar un papel, lo hacíamos con todas las consecuencias.

Salí del baño y fui a la habitación donde estaba esperándome Jacky.

- Bésame preciosa - me dijo. Y la volví a besar, mientras trataba de quitarme los zapatos que me estaban doliendo los pies muchísimo.

Al quitarme los tacones, quedé un poco más bajo que Jacky. Ella me agarró por los hombros y me apretó hacia abajo mientras me decía – Arrodíllate y bájame los pantalones.

Aquello se estaba calentando. Me arrodillé y me disponía a quitarle el cinturón cuando noto que tiene un bulto en los pantalones, como si tuviera una polla. Me sorprendí y eché mi cabeza para atrás. Justo en ese instante, Jacky me soltó un bofetón – ¿Qué haces maricona? Te he dicho que me bajes los pantalones.

Estaba estupefacto. Esa bofetada, más que daño, me había dado en mi orgullo. Agarré su cinturón y lo empecé a desabrochar. Le tocaba el bulto mientras le quitaba los botones y le bajaba la cremallera. ¿Qué estaba pasando? ¿Sería aquello la influencia de Luis? Probablemente.

Al bajarle los pantalones, me fijé que Jacky llevaba unos boxers de chico blancos ajustados y se podía apreciar una polla de silicona que tenía incrustada en su vagina.

- Quítame los calzones, puta. Y chúpame la verga.

Le bajé los boxers y salió como un resorte una polla de goma con venas, muy realista y, por supuesto, más grande que la mía. Seguía ensimismado cuando otro bofetón me cruzó la cara.

- Te he dicho que chupes puta. ¡Sácame la leche! – Acto seguido me escupió en la cara.

Abrí mi boca, saqué mi lengua y lamí aquella verga sin sabor, le di unas lamidas como si de un helado se tratara alrededor del tronco. Recibí otro bofetón.

- Así no, puta. Métetela dentro de la boca y chupa.

Me agarró del pelo con fuerza, me metió la polla de silicona en mi boca y apretó la cadera hacia dentro para metérmela todo lo que podía. Me dio una arcada. Me había llegado a la garganta. Y ella sujetaba con fuerza mi cabeza para que aguantara así. Estuvo apretando durante un rato que me pareció eterno, me estaba quedando sin aire. Ella al notarlo me sacó la verga y empecé a toser de forma ahogada con muchas babas por todos lados.

- Así me gusta perra, trágatela entera – Cuando vio que había cogido aire de nuevo apretó mi cabeza contra su pelvis entrando de nuevo la polla hasta el fondo. Creo que hasta llegué a tocar su vientre con mis narices.

- Muy bien. Veo que vas aprendiendo. – Así estuvo otro rato hasta que continuó con un mete saca en mi boca de ...