La Herencia (cap.3) - Relatos Eróticos

La Herencia (cap.3)

... saborear mis aromas más íntimos, es algo que debes ir aprendiendo a identificar pues serán muy habituales para ti cuando te use para mi placer.

En ese momento Pablo estuvo a punto de confesarle que ya conocía sus aromas y esencias pues el día anterior había saboreado su braga, pero no quiso incomodarla o enfadarla y prefirió callarse, aunque ahora que de nuevo ese aroma le llegaba perfectamente a su nariz, él se sentía sin fuerzas para negarle nada a ella.

- O acaso ya conoces mi aroma?

Un silencio demasiado artificial daba a entender que algo escondía Pablo.

Pasaron solo unos instantes pero parecían horas.

De repente el bajo aún más su mirada y quiso confesar para no faltar más a su nueva Dueña.

- Si, mi Señora Sofia, ya conocía su aroma.

Quería habérselo contado mi Diosa, pero no he sabido cuando era el mejor momento o el más adecuado para hacerlo porque lo que no quería bajo ningún concepto era disgustarla o que se enfadase conmigo.

- Pues ahora tienes la oportunidad esclavo, ya sabes que antes de irme te pedí sinceridad y ahora ya te la reclamo, no me ocultes nunca nada o lo lamentaras, dime lo que tengas que decirme.

- Cuando usted estaba de viaje mi Señora y yo estuve arreglando su dormitorio encontré su braga y toda ella estaba llena de su aroma y de su sabor, lo mismo que el strap-on que uso para follarse al sumiso con él tuvo la sesión, yo … yo no pude remediarlo y me excite mucho, tanto su braga como su arnés lo lamí y trate de que su esencia se quedase conmigo.

- Veo que eres muy vicioso perrito, no me has enfadado, es más, lo que me cuentas me gusta, ya te he dicho que tengo la necesidad de ser deseada, necesito ver en ti ese deseo por mí, que te excito y que me deseas, si no es así no podrás morir por mí y debes llegar a ese punto esclavo, que yo lo sea todo para ti.

Pablo en ese momento se arrodillo a los pies de Sofia y los beso y lamio con pasión y deseo, rogándole y suplicándole a su Ama que le perdonase por haber hecho eso y por no habérselo contado, le decía que la deseaba mucho y que ella era todo para él.

Sofia lo tenía donde deseaba, estaba logrando llegar a él para poseerlo y eso la hacía estar más que satisfecha, estar complacida y estar feliz con la situación, además también estaba muy excitada, toda la situación y como estaba discurriendo todo hacían que ella estuviese bastante caliente.

Quizás por eso le dejo que lloriquease allí a sus pies suplicando su perdón un rato más, Sofia lo estaba disfrutando y quería prolonga ese placer.

Cuando considero que era suficiente bajo una de sus manos y agarro a Pablo de una de sus orejas, tirando de ella lo puso en pie y lo arrastro hasta una mesa cercano, allí tirando aun de la oreja lo puso apoyado en la mesa sobre sus codos y con su culo expuesto, a su merced, en pompa, preparado para recibir sus primeros azotes.

- Como comprenderás no puedo dejar pasar algo así, no a mi esclavo, tu educación ha de ser exquisita, tu obediencia ciega y ...