La Herencia (cap.3) - Relatos Eróticos

La Herencia (cap.3)

... recordatorio de tus deberes siempre serán más expeditivos que lo deseable y quizás más dolorosos, pero es una forma más de aprender.

- Si mi Señora Sofia.

- No busco tu aprobación perrito, solo el informarte de lo que entiendo que es lo mejor para ti, no necesito para nada el que estes o no de acuerdo, tu adiestramiento será como mejor lo considere yo.

- Lo entiendo mi Señora Sofia.

- Bien, sígueme a cuatro patas, mi querida mascota, mi cachorrillo.

Ella comenzó a caminar despacio para darle tiempo a seguirla y salió del salón por el pasillo hasta el aseo que estaba dos puertas más allá, se quedó en la puerta y cuando el llego le indico que pasase, el paso delante y ella le volvió a indicar que pasase a la ducha y se pusiera de rodillas, una vez allí le indico que con mucho cuidado le bajase y quitase su braga, el obedeció y con suma delicadeza le bajo la braga y después se la quito, por primera vez estaba ante sus ojos aquel coño tan deseado, lo llevaba casi completamente rasurado, solo un pequeño triangulo de pelo quedaba en su pubis, los labios eran carnosos, grandes y su clítoris destacaba perfectamente, todo el brillaba fruto de la excitación que Sofia sentía y que hacía que sus fluidos y esencias corporales fueran más que evidentes.

- Lo que estas mirando tan entretenido cachorro mío es el altar de mi placer, es lo que tu una y otra vez deberás adorar cada vez que me apetezca y así te lo ordene, deberás aprender a complacerme y que quede contenta con tus servicios.

- Si mi Señora Sofia.

- Ahora solo lo besaras para mostrarle tu adoración, pero antes olfatea y lame mi braga, ahí tienes toda mi esencia, ese es el olor y el sabor que debes aprenderte de memoria, es el de tu Dueña y Propietaria, es el que debes reconocer entre todos para postrarte ante él y venerarlo.

Después te tenderas en el suelo de la ducha y recibirás mi lluvia dorada, ese será tu bautizo, será la permanente marca que llevaras y que te identificará como de mi propiedad.

Te regare por todo tu cuerpo y tu cara, después cuando te lo indique, otra vez te pones de rodillas y acercas tu cara con la boca abierta, te daré a beber mi néctar, el cual debes saborear y degustar como algo especial que te regalo, he de advertirte que no me gusta que se desperdicie nada de mi orina, por lo que aplícate y trágalo todo.

Pablo asintió y olio aquella braga como lo había hecho en los días anteriores pero ahora ante ella, después busco la parte más húmeda y la lamio, cerro los ojos y saboreo aquellos fluidos porque eran los de su Dueña, estaba muy excitado, estaba siendo iniciado, después muy lentamente se acercó al coño de su Diosa y lo beso, lo beso con calidez, con entrega, con veneración, pretendía mostrarle su adoración por encima de su deseo que era mucho y a un gesto de Sofia se tumbó en el suelo de la ducha, ella paso sus piernas por encima del cuerpo de su sumiso y cuando estaba a la altura de su cara empezó a orinar sobre ella, el abría la boca y ella ...