1. Consecuencia


    Fecha: 23/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Liz, Fuente: TodoRelatos

    ... Su espalda de contrajo, y se alejó inconscientemente un poco hacia la superficie de madera.
    
    - Cuatro – Su voz comenzaba a quebrarse.
    
    Con los siguientes, su cuerpo al completo empezó a reaccionar al dolor. En un par de ocasiones me miró, mientras decía el número, quizá pensando que su expresión de dolor podría guiarme a detenerme, perdonar el número y proceder a la parte que estaba esperando. Pero estaba disfrutando, su sufrimiento arrancaba oleadas de placer a mi mente, y cada uno de sus malogradas expresiones de dolor me acercaban un poco más al éxtasis.
    
    Y, con el número diez, dejó caer su cuerpo pesadamente sobre la mesa.
    
    Acaricié con cuidado la enrojecida piel de sus glúteos, ardiendo ahora. Las marcas de la fusta de dibujaban claramente en su piel pálida. Le permití un momento mientras se recuperaba, acariciando con dulzura la piel malograda, y besando la piel de su espalda. Y entonces, con cuidado, le permití erguirse. Su erección se mantenía entre sus piernas, y yo abrí las mías, apoyándome sobre la mesa.
    
    - Y ahora – Susurré, sentándome en la superficie de madera – Fóllame.
    
    Por un momento se mantuvo quieto, su respiración pesaba moviendo sus hombros. Y entonces se apoyó con los brazos a ambos lados de mi cuerpo, se colocó con cuidado y, mientras sus ojos azules observaban los míos con absoluta fijación, me penetró de un golpe.
    
    Le sentí invadirme por completo. Gemí, cerrando los ojos, y rodeé las piernas a su alrededor, mientras mis manos recorrían su pecho. Comenzó a moverse, en embestidas rápidas y profundas que demostraban la excitación que ambos poseíamos. Abracé mi cuerpo al suyo, apoyando mi frente sobre la tuya, mientras resistía la fuerza de sus acometidas. Mi mano se dirigió sobre mi clítoris, acariciándome mientras él me penetraba. Sentía su sexo llenarme, el placer recorriendo cada milímetro de mi piel. Y mientras apretaba las uñas sobre sus hombros, supe que iba a correrme.
    
    - No.… pares – Gemí.
    
    Apreté las piernas a su alrededor, mientras aceleraba sus acometidas, y el orgasmo fue cegador. Cerré, los ojos, mientras abría la boca en un grito silencioso, y luego le besé. Mi lengua dentro de su boca, mientras él estaba en mi interior, pareció ser demasiado para él, porque sentí los estertores del orgasmo en su propio cuerpo, y cómo su semen, cálido, se volcaba en mi interior.
    
    Y me quedé ahí, jadeante, recuperando lentamente conciencia de todo lo que acababa de pasar. Él se mantuvo un momento dentro de mí, y luego se apartó con cuidado. Sus fluidos, mezclados con los míos, salieron de mi interior y cayeron sobre la madera de la mesa.
    
    No dijo nada. Alzó la cabeza, mirándome con expresión cansada. Con cuidado, me senté en condiciones sobre la mesa, y le observé en silencio, por un segundo. Entonces, sonreí, esta vez pacíficamente, y le acaricié el rostro.
    
    - Arrodíllate.
    
    No dudó esta vez en obedecerme. Mi mano le acompañó, y acaricié la suavidad de su pelo rubio cuando se mantuvo de rodillas sobre ...
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