1. Consecuencia


    Fecha: 23/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Liz, Fuente: TodoRelatos

    ... su manera extremadamente animada de tratarme. Yo, lo reconozco, me había vestido para la ocasión y, un poco, para provocarle. Era divertido verle, joven como era a mi lado, seguirme con esa mirada levemente desesperada.
    
    La música sonaba en mis oídos, y yo sonreía. Las luces cambiantes del bar arropaban mi cuerpo, sobrio, que movía al ritmo de la música. Hacía un tiempo que no le había visto, pero otros amigos y yo habíamos encontrado nuestro lugar en la pista y lo disfrutábamos como si no hubiese un mañana. Sentía la excitación del ambiente, las mentes embotadas de decenas de personas, la irresistible atracción de la noche que empezaba a pasar por mis venas, y el inevitable pero sutil toque de alcohol en el ambiente.
    
    Sentí unas manos rozarme en la cintura. Segura de quién era, no me giré, en su lugar, mis caderas comenzaron a moverse al ritmo de la música. Sonreí a las luces, cerrando los ojos, mientras levantaba mis brazos hacia lo alto. Uno de sus dedos parecía haberse deslizado, distraídamente, bajo el reborde mi camisera, mientras el resto de la palma atraía mi cintura hacia él. Bailé por un momento así, sintiendo su camisa granate susurrar contra el arnés de cuero que portaba bajo mis pechos, su olor me invadió y sonreí más ampliamente, con el toque dulzón de alguna bebida parcialmente derramada en la tela. Otro de sus dedos encontró el camino bajo la tela de mi camisa, cálidos, deseosos. Y entonces me giré para mirarle, y probablemente detenerle, pero me detuve de inmediato.
    
    Sus ojos azules me observaban, ahora rodeados con una torpe línea de eyeliner. Había sido hecha a toda prisa, probablemente por alguna de las participantes de la fiesta en una especie de broma, pero a mis ojos fue suficiente para dejarme helada. Esos ojos azules, rodeados por la tinta negra, estaban dotados de una extraña profundidad que provocó que un escalofrío recorriese mi espalda.
    
    Él lo sabía, estoy segura. No había conseguido recordar la conversación en la que se lo habría dicho, pero en ese momento lo tuve claro. Oliver conocía mi fetiche por la feminización, y lo estaba usando en mi contra. En una fiesta de empresa.
    
    La furia fue repentina, cálida, y mezclada con una intensa excitación. Mis manos subieron, una a su pecho, otra a su nuca. Y mientras una mano le sujetaba de la camisa, la otra se clavó en el punto débil detrás de sus oídos. Él gimió, un gemido mezcla de dolor y sorpresa, y que quedó instantáneamente cubierto por el sonido de la música, y yo me acerqué a él hasta que mi cuerpo se convirtió en una barrera entre él y el resto de bailarines a mi alrededor. Era más alto que yo, al menos una cabeza, pero mi gesto le había pillado por sorpresa y se encorvó en respuesta a mi ataque. Jadeó, y yo chisté en su oído, esperando que guardase silencio. Esta vez, había sido demasiado.
    
    - ¿Qué crees que estás haciendo?
    
    El joven levantó sus ojos hacia los míos, su mirada nublada por partes iguales por miedo y deseo. Lo sabía, lo olía, podía ...
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