1. Consecuencia


    Fecha: 23/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Liz, Fuente: TodoRelatos

    ... un momento, y luego negó con la cabeza. Estaba abrazado a uno de mis cojines, desconozco cuándo lo había cogido, sus manos apretando su aterciopelada superficie.
    
    - Me gusta – susurró – No me lo quiero quitar.
    
    - Ni siquiera está bien hecho – le respondí, pretendiendo no notar el tono de clara rebeldía en su voz. Al parecer, todavía no había aprendido lo suficiente - Quítatelo.
    
    Oliver dudó por un momento, el rojo en su rostro agudizándose por un momento, y entonces negó con la cabeza. Sus ojos vacilaron un momento antes de mirarme, y apretó el cojín aún más contra su cuerpo.
    
    - Puedes quitártelo de la forma sencilla – Murmuré, mis labios sonriendo burlonamente – O puedo quitártelo a la fuerza. Tú eliges.
    
    Vi sus ojos dilatarse rápidamente, y su respiración pegar un salto repentino, antes de que se encogiese sobre el sofá. Estaba jugando, lo sabía. Y estaba dispuesta a seguir este juego.
    
    Lenta, pero sin el más mínimo titubeo, extendí ambos brazos y sujeté sus muñecas. Con un tirón, le obligué a soltar el cojín, y el siguiente colocó sus manos sobre su cabeza. Los músculos de mis brazos, habituados a hacer deporte, retuvieron sin ningún problema los tirones que él hacía, tratando de luchar inútilmente contra mi fuerza. Le sujeté ambas muñecas con un brazo, consciente del palpitar enloquecido de su corazón. Y sonreí, retrocediendo mi mano libre hasta sujetar la toallita desmaquillante.
    
    Comenzaba a excitarme. Apreté sus brazos un poco más, mordiéndome el labio. Y cuando terminé de limpiarlo, no le solté. En su lugar, me agaché lentamente, mientras él dejaba de luchar. Solamente se movía su pecho, presa de su acelerada respiración, y echó dócilmente la cabeza a un lado cuando me agaché hasta que mis labios rozaron su cuello.
    
    Sentí su escalofrío, acompañado del mío cuando sentí el pulso acelerado bajo mis labios. Saqué la lengua lentamente, recorriendo la línea palpitante de su cuello. Él emitió un gemido suave, a lo que mis manos respondieron liberando lentamente la presa sobre sus muñecas. Pero no se movió.
    
    Me permití un momento para sonreír de nuevo, antes de agachar repentinamente la cabeza y morder la línea de su pulso. Gimió, esta vez violentamente, y sus manos bajaron a mis hombros. Primero mordí suavemente, mis dientes acariciando la suave piel rosácea, para luego hacerlo con fuerza. Por un momento, sus manos parecieron intentar luchar de nuevo, apretándose contra mis hombros para intentar apartarme, pero cuando solté la presa y gruñí quedamente en su oído, se detuvo de golpe, llevando lentamente sus muñecas al punto original, unidas sobre su cabeza.
    
    Sonreí, complacida, y me aparté un momento para subirme a horcajadas sobre él. Sentí, cuando me senté sobre su cadera, el prominente bulto que su sexo comenzaba a erigir bajo sus pantalones, y me incliné sobre su expectante rostro. Estaba cachonda. Sentía el calor crecer lentamente desde mi sexo, subiendo como corrientes eléctricas hasta mis pechos, la humedad de mi ropa ...
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