1. Consecuencia


    Fecha: 23/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Liz, Fuente: TodoRelatos

    ... voy a castigar, y que vas a sufrir por lo que has hecho. O puedes irte.
    
    Él por un momento se quedó inmóvil, sorprendido por mis palabras, e hizo el gesto de quitarse la ropa interior que le impedía hablar, pero levanté un dedo en señal de que no había terminado, y se detuvo a mitad de camino.
    
    - Si te quedas – Susurré ahora – podrás follarme. Dormirás conmigo, y a partir de mañana hablaremos de cómo vas a convertirte en mi sumiso. Pero voy a hacerte sufrir, mucho. Si no, puedes irte. Puedes quitarte mis bragas de la boca, vestirte y te dejaré dormir. Pero nunca volverás a tener la oportunidad.
    
    Él por un momento sintió un escalofrío, y pude ver por un segundo el miedo asomar en sus ojos. Ya había comprendido lo mucho que me gustaba el dolor. Y entendía que lo que venía sería peor. Mis ojos se mantuvieron fijos en los suyos, sin el más mínimo titubeo, en unos segundos que se me hicieron eternos.
    
    Y entonces, caminó lentamente hacia la mesa. Las manos le temblaron lentamente, y una ola de excitación recorrió mis terminaciones nerviosas cuando le vi inclinarse hacia delante, su cuerpo desnudo expuesto a mí. Su entrega me hizo jadear quedamente, mientras una oleada de la emoción más intensa que había recordado nunca me recorría. Era mío. Sería mío, hasta donde yo quisiera. Y comenzaría con la catarsis, el castigo. La consecuencia lógica de sus actos.
    
    Los tacones resonaron cuando me dirigía a mi cuarto, abandonándolo ahí, por un momento. Mis manos no dudaron cuando la extendí hasta el armario, y saqué la fusta que guardaba en su interior. Siempre la había guardado ahí, aunque no había tenido ocasión de usarla con nadie hasta el momento. Su superficie, granate, hacía un poético juego con la camisa que él había llevado.
    
    Cuando volví al salón, él no se había movido, pero no estaba preparado.
    
    Cuando el primer golpe de la gusta descendió, golpeando con un sonido parecido al de un látigo su rosaba piel, él emitió un jadeo quedo.
    
    - Vas a contarlas – Susurré en su oído, mis labios acariciando el lóbulo de su oreja. – Serán diez, una por cada vez que en el pasado he querido castigarte. Y, si cuando termine no has pedido la cuenta, podrás follarme. ¿Comprendido?
    
    Asintió con una expresión que me provocó dulzura, y yo llevé mis dedos a su boca y saqué mi ropa interior. Estaba anegada de su saliva, había caído por sus labios, formando un pequeño charco en la mesa y sobre su barbilla. Se lamió los labios, y apoyó los antebrazos sobre la superficie de madera, preparado para la siguiente.
    
    - Uno – Murmuró, su acento entremezclándose con su voz ronca en un sonido que adoré.
    
    Bajé la fusta de nuevo, esta vez algo más fuerte. Él gimió en un quejido sordo, apretando los puños.
    
    - Dos –
    
    La tercera vez, fue más fuerte. Esta vez se quejó audiblemente, la mandíbula apretándose bajo el rubio cabello de su poco poblada barba. Tragó saliva, y la voz sonó temblorosa cuando contó el siguiente número.
    
    - Tres.
    
    Esta vez, apunté algo más abajo. ...
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