1. De nuevo el amor (Coque) (capítulo quince)


    Fecha: 22/09/2019, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... a embestir a lo macho. - ¿Mami rica, te gusta lo que te estoy haciendo?
    
    - ¡Sí, macho, me gusta que me des pinga!
    
    - ¿Mami, te gusta mi pinga?
    
    - ¡Sí, sí!
    
    - ¡Pues la tienes bien clavá la tienes en tu culo! ¡Goza, maricón!
    
    - ¡Dame pinga, dame!
    
    - ¿Tú eres maricón?
    
    - ¡Soy tu maricón! Papi.
    
    - ¡Te gusta la pinga! ¿Eh?
    
    - ¿Y a ti mi culo?
    
    - ¡Sí, mami, sí…, me vuelve loco ese culito rico y estrecho que tienes! Lo sabes bien, me estás volviendo loco…ya sólo pienso en singarte, maricón.
    
    - ¡Vamos, vamos, dame pinga… dame, coño, dame…
    
    Yo le animaba, él seguía dando pinga y ambos recibíamos placer, un placer mutuo, de dos. Estuvimos mucho rato y lo más interesante que sin cambiar de posición, creo que al cabo de una hora se vino dando mugidos. Se quedó dentro, me besó, me prometió el cielo y la tierra.
    
    - ¡Ahora quiero sacarte la leche a ti! Ve y lávate el culo.
    
    Lo obedecí, regresé y me puso con las piernas para arriba y empezó a mamarme el culo recién singado.
    
    - ¡No te toques la pinga! Quiero sacarte la leche mamándote el culo…
    
    Comprendí que quería hacerme algo que poca gente lograba, pero con lo caliente que estábamos pues quizá podría ser. Empezó a lamer mi culo, a decir que se salía su leche, a meter su lengua.
    
    - ¡Papi, méteme le dedo aunque sea!
    
    - ¡No, yo tengo que hacer venirse a mi jeva con la lengua!
    
    Estaba convencido de que lo lograría y finalmente lo logró, me vine casi gritando de tanto placer que me provocó. Aquella noche dormimos abrazados, muy juntos y satisfechos de tenernos el uno al otro.
    
    Efectivamente al día siguiente me sentía adolorido, además de molido por el no dormir. No era mucho pero me sentía incómodo, sobre todo cuando fui al baño. Coque se levantó como si nada, claro no iba a dolerle el rabo.
    
    - ¡Mami, ven pa´cá que tu negro te tiene algo! - lo escuché decirme desde la cama, me imaginaba qué era. Cuando entré en el cuarto allí lo vi acostado blandiendo su pinga al aire. - ¡Ven, ven…que ya te toca tu lechita!
    
    - No sé… - dudé yo - Me has dejado adolorido…
    
    Me acerqué acostándome a su lado, nos abrazamos besándonos y acariciándonos. Me hizo volverme y abrió mis nalgas.
    
    - ¡Se ve bien, todo rico como siempre! – Me besó el culo, las nalgas- Ese culito quiere su leche…
    
    - No, me duele, de verdad…
    
    - ¿Qué es lo que te duele si no te he metido nada? - dijo propinándome una nalgada sonora.
    
    - Papo, me vas a joder si me singas ahora…
    
    Se acostó sobre mi espalda haciéndome sentir su pinga entre mis piernas.
    
    - ¿No la sientes?
    
    - ¡Sí, papo, sí, la siento y me gusta! Lo sabes bien.
    
    - Pues esto es carne para ese hueco…
    
    No iba a detenerse en sus intenciones, iba a singarme porque lo deseaba. Me acordé de William cuando me decía que yo era maricón para complacer a los machos, me dejé llevar.
    
    - ¡Mira, mi vida, quédate quieto y verás cómo gozas!
    
    Me puso algo frío, pero no era la crema analgésica sino un lubricante, me puso la pinga en el ojete y empezó a ...
«12...789...13»