1. La madre de mi hijo, la prostituta


    Fecha: 25/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Juan m 8722, Fuente: CuentoRelatos

    ... humillación está lamía sin culpa el orificio de la uretra de este para quitarle hasta la última gota de esperma al viril pendejo. Haciéndome masturbar y acabar por tercera vez consecutiva dentro de mis pantalones.
    
    Solo restaba el jueves para terminar este rodeo sexual dónde oficiaba de marido voyeur mientras mi mujer trabajaba del oficio más viejo del mundo.
    
    Esperaba con ansias el viernes para ver la llegada de Exequiel. Seguí paso a paso la secuencia que fue descripta en los días anteriores. Exequiel era un muchacho afroamericano el cual llevaba 20 minutos dentro de mi casa. Al igual que con Tomás la acción se desarrollaba dentro de las 4 paredes de nuestra habitación matrimonial. Dónde este muchacho tenía ensartada por la cola a la madre de mi hijo. La cual estaba vestida con un uniforme de mucama.
    
    Con un pene de tamaño normal pero ancho y cabezón abría analmente a Bárbara la cual estaba sobre el borde de la cama puesta como un perrito. Mientras este hombre de tés negra empujaba tras ella taladrándole el culo de modo firme. Todo el moreno miembro de este no cabía dentro del ano de mi mujer la cual tiraba su cuerpo hacia delante buscando un poco de alivio. Retirando así ¾ del largo del pene de este de dentro de ella. El cual la tomaba del cabello para volver a introducir nuevamente esa distancia de un solo empujón.
    
    Así pasaban los minutos. Mi señora se defendía de las arremetidas de Exequiel con la cola sobre nuestro lecho matrimonial. Barbi no podía soportar la bravura de tales movimientos debido al grosor del aparato de este. Haciendo que mi esposa golpeara con la palma de su mano en reiteradas ocasiones el colchón como clamando compasión. Exequiel había pagado un alto precio y en efectivo por la cola de mi señora. No iba a dejarla hasta satisfacer sus más bajos instintos. Barbi tomó una almohada para morderla con su boca y así poder soportar al moreno que metía toda su ancha verga dentro de su culo. Para luego con sus dos manos presionarla sobre su boca y así disminuir los gritos que le hacía pegar tan terrible bombeada. De esta manera bajaba varios decibeles a sus alaridos que este le extraía cuando se sacudía tomándola de la cintura con sus morenas manos.
    
    Era un hecho este hombre de color le estaba rompiendo el culo a su sirvienta sexual. Con el trasero bien empinado sobre mi cama, había arremangado la falda por arriba de su cadera del uniforme de mucama que mi señora había escogido para este mal remunerado acto sexual. Podía verse también un pomo aplicador de vaselina el cual mi esposa luego de minutos de dura fricción rogaba a esté, que se unte sobre su miembro.
    
    A la luz de los hechos yacía parado en la puerta desde hacía 30 minutos. En los cuales me masturbé en reiteradas ocasiones como nunca antes. Mientras este sodomizaba a la ramera de mi esposa.
    
    Mientras se zarandeaba sin control dentro del culo de Bárbara podía oír al moreno decir:
    
    -¡Sí! ¡Zorra! ¡Sí! ¡Así! ¡Si! ¡Zorra puta! ¡Así! ¡Sacúdete! ¡Golfa barata! ...