1. El hombre afortunado de la familia


    Fecha: 23/07/2024, Categorías: Incesto Autor: xpaisa, Fuente: CuentoRelatos

    ... tetas tocando una de sus tetas bajando hasta su pancita y dejo la mano en una de sus piernas y mi otra mano tocando su cuello como un pervertido.
    
    Ella me dice mirándome a los ojos.
    
    -Gracias papi te quiero -y de un salto quedó sentada en mis piernas y abrazándome, mi pija dura apretada su gran culo, no podía creer que todo iba tan bien, pero la suerte se me terminó cuando escuchamos a Mica que llegaba de correr y me dijo- me voy a bañar antes de que entre Mica y se fue.
    
    Ese día transcurrió normal, Lau trabajando en su pc y Mica andando a caballo que a ella le encanta. Ese día me tocó preparar la cena a mí y me fui a dormir temprano, pero sin sacarme de la cabeza a Lau.
    
    Al día siguiente fue muy parecido con los preparativos a la mañana con la diferencia que yo estaba más tranquilo más seguro de mí mismo y de mi objetivo: mi hija mayor. Ese día era sábado sabía que Mica no se levantaba hasta el mediodía porque los sábados ni domingos sale a correr, tenía dos horas a solas con Lau.
    
    Escucho a Lau decirme:
    
    -Buen día papi -la verdad me agarró distraído calentando el agua para el mate.
    
    Le contesto de espaldas:
    
    -Buenos días hija.
    
    Cuando me doy vuelta la veo caminando hacia mí con un top blanco chico que apenas tapaban sus grandes tetas y una tanga color rosa y nada más, yo solo me quedé quieto disfrutando la perfecta mujer que venía hacia mí.
    
    Me abrazó y me dio un beso con sus labios carnosos en mi cachete.
    
    -Te ves muy bien hoy -me dijo.
    
    Yo estaba como el día anterior con mi bóxer y nada más. Para ese momento mi pija estaba igual o más dura que la mañana anterior. Esperé que vaya para la mesa para mirar su gran culo que se comía a esa diminuta tanga que solo se veía un triangulito.
    
    Me senté a su lado como el día anterior con diferencia que esta vez no tenía pantalón y se le notaban sus pezones y le pregunté cómo había dormido.
    
    Me contestó con voz de bebota:
    
    -No muy bien papi, he dormido mal porque me duele el cuello.
    
    En ese instante me olvidé del mate y me paré atrás de ella y le dije:
    
    -Tranquila hija papi se encarga.
    
    Y comencé a hacerle masajes suaves, mi verga dura como una piedra apoyada contra el respaldar de la silla, podía oler su perfume y sentir su suave piel, pero quería más mucho más. Mis manos bajaban y subían desde el cuello y su espalda, unos minutos después desde el cuello hasta la parte superior del pecho podía tocar con las puntas de los dedos su top. Cada vez que bajaba hacia su pecho bajaba unos centímetros más hacia sus enormes tetas, ella solo movía su cuello de un lado a otro y mordía sus labios eso me animaba a seguir por más, hasta que llegó el momento y no aguante más y pasé mis dos manos por sus dos grandes tetas por arriba de su top.
    
    Le pregunté cerca de su oreja casi tocándolas con mis labios:
    
    -¿Hija te gustan los masajes de papi?
    
    Solo me respondió “Sip” y me sonrió. En ese momento no aguante más y le metí las dos manos dentro de su top, ella solo se mordió y estiró ...