1. ¿Y si esta fuera la última?


    Fecha: 21/07/2024, Categorías: Incesto Infidelidad Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... apretada a mi y la sentí temblar otra vez, sincronizadamente seguía mis movimientos y exhalaba gemidos guturales, rotando sicalípticamente su pelvis, fueron unos dulces minutos de sexo ardiente y apasionado. Cuando la sentí apretarse a mí por la enésima vez. Zambullí mi pija hasta que sentí mi glande tocar el fondo de su panocha, me mordió un brazo y chilló, era totalmente mía en cuerpo y alma, empujé y empujé mi pija hasta que no pude resistir más y derramé mi lechita una segunda vez muy cerca de su útero, sus uñas de gata se volvieron a clavar en mi espalda. Su cuerpo se contorsionaba en espasmódicas olas orgásmicas, convulsionaba resoplando en busca de aire fresco, los lascivos jadeos me instaban a enterrar mi pija en su chocho con mayor violencia.
    
    Me dejé caer al lado de ella jadeando exhausto, era de mucho tiempo que no me corría dos veces sin sacarlo, era increíble lo que se parecía a su hija, tal como ella, apenas me vio de espalda se arrodilló a mi lado a acariciar mi verga lacia y mojada, amasaba suavemente mi pene mirándolo con amor, me dijo:
    
    —¿No temes que mi hija se entere de nosotros? …
    
    —Por supuesto que tengo miedo … ¿Qué podría decirle para explicarlo? … No tengo como defenderme … y estoy ciertamente preocupado … ¿Tú no? …
    
    —Sí … también yo estoy preocupada … Deberíamos presentárselo como un hecho consumado …
    
    —¡No!, mami … por ningún motivo … ninguna mujer aceptara otra mujer con su hombre … y tú hija a veces es tan terrible como tú … y no creo que sea una excepción a la regla …
    
    —¡Uy! … entonces … ¿Qué decir? … ¿Cómo hacerlo? … yo pensé que ella podría estar de acuerdo …
    
    —¡No!, mamá … creo que lo mejor es mantener el todo en secreto … solo tú y yo lo sabemos …
    
    —No me llames mamá …que me parece todavía más pecaminosa y escabrosa la situación …
    
    Me reí ante su observación y ella se rio conmigo, creo que habíamos hecho la paz para siempre.
    
    La vida familiar había regresado a su rutinario pasar. Mi relación con mi suegra se había normalizado, como para mantener las apariencias. A veces ella descargaba su ira irracional sobre mí, pero me guiñaba un ojo. Sus bellos ojos tenían otra luz, parecían más luminosos, se había convertido en mi amante secreta.
    
    A veces teníamos sexo en su departamento y otras en el mío cuando mi mujer se ausentaba. Durante unas vacaciones que hicimos juntos era más difícil encontrarnos, ya que mi esposa siempre estaba con ella. Mi mujer no es muy adicta a los ejercicios, así que un día le propuse a las dos de salir a dar una vuelta a los cerros cercanos y recoger algunos frutos silvestres, mi mujer inmediatamente se negó, pero mi suegra dijo que ella estaría encantada de acompañarme para tomar otros aires. Nos arreglamos con un poco de agua, unas mochilas para transportar los frutos y un calzado adecuado para caminar en terreno abrupto. No apenas nos internamos en un bosquecillo a las faldas de un cerro, mi suegra me tomó de la mano a un sector alfombrado por una hierba verde, se ...
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