1. Un verano en Cachagua.


    Fecha: 21/07/2024, Categorías: Incesto Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... derecha. Comienzo a preocuparme y me siento un tanto intimidada por las sensaciones que se despiertan en mi cuerpo, después de dos años divorciada no he conocido una nueva pareja ni tampoco he sentido la necesidad, creí que mi vida sexual estaba terminada, pero la humedad que me parece sentir en mi entrepierna dice lo contrario.
    
    Con la intención de amedrentarlo y hacerlo escapar, simulo un movimiento en sueños y me giro hacia la derecha, quedando recostada sobre mi espalda. Sinceramente espero que esto le haga reaccionar y sospechar que puedo despertarme en cualquier momento, haciéndolo desistir de sus efusiones lascivas sobre mi cuerpo, por la estrecha grieta de mi ojos lo veo que me observa, mis dos inmensas tetas están todavía bamboleándose después de mi último movimiento, sus ojos están fijos en mis pechos. Mis enormes redondeces lo subyugan, ahora la única parte cubierta de mi cuerpo son las pequeñas bragas de mi slip de bikini amarrado a mis caderas por los tirantes. Por un largo rato no sucede nada, solo me observa de pies a cabeza, le atrae mi físico, lo noté cuando me ayudo a desempacar y cuando intento ver entre mis piernas durante la cena. Me parece muy emprendedor el chico.
    
    Esta vez, Andrés se inclina sobre mi pecho derecho y su lengua roza mi pezón ¡¡Guau!! Que calorcillo me hace sentir, y luego otro “Smuack” un sonoro beso sobre mi teta, ¡¡El juego se está poniendo serio!! ¡¡Soy yo la que le dejo jugar con mi cuerpo!! Entonces no me queda otra que fingir que sigo dormida y esperar que se aburra y se vaya lo antes posible. Pero no es eso lo que sucede. Mi sobrino sigue besando y acariciando mis senos delicadamente en el intento de no despertarme, sus besos y caricias desbordan un mar de sensaciones en mí, tenso mis muslos y hundo mi vientre, el hormigueo sobre mi estómago, viaja a mis muslos y tengo que decirlo, mi panocha se moja.
    
    Todavía logró contener mis gemidos y puedo enmascarar mis escalofríos, pero me asusta que él se dé cuenta de lo que provocan sus mimos a mi cuerpo, él entendería de inmediato que estoy despierta y que me está haciendo gozar eróticamente con sus caricias. Por el rabillo del ojo lo observo que se ha detenido en mi vientre, mira mi pelvis, vuelve a inclinarse y besa mi estómago, luego la tela de mi bikini, su imberbe barbilla se mete entre mis muslos y huele mi sexo. Inconscientemente mi cuello se estira hacia la izquierda y se me escapa un leve suspiro, que lo hace detenerse, el intenso escalofrío de placer es exquisito.
    
    Estoy en la disyuntiva si simular que me despierto o seguir fingiendo que duermo, pero él no me da paz, sus dedos están deshaciendo los nudos en los lazos laterales de mi bikini, lo que me provoca un jadeo de estremecimiento placentero y vibrante que no puedo esconder, mi vagina continúa a bañarse. Temo que este juego erótico me esté arrastrando a la transgresión ¡¡Con un menor!! ¡¡Con mi sobrino!!
    
    La excitación en mi crece como una marea que se apodera de mi cuerpo y obnubila ...
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