Malditas Tentaciones I. Peligro - Relatos Eróticos

Malditas Tentaciones I. Peligro

... evitarlo justo llegué a la barra cuando estabas al teléfono.

-No pasa nada - fue lo único que pude decir.

De repente se acercó una señora con una bolsa y se la entregó a Alberto. Éste la tomó y agradeció a la señora antes de dirigirse nuevamente a mí.

-Pues aquí tienes tu pedido.

-Muchas gracias - dije dándole mi tarjeta de crédito y agradeciendo al universo que ya pronto estaría en casa.

Finalmente ya tenía mi comida y había pagado por todo. Solo me quedaba salir lo más pronto de ese lugar.

-Bueno, nos vemos - dije a modo de despedida.

-Puedes contar con ello - dijo Alberto mirándome atentamente antes de retirarse a la cocina del restaurante.

No le di mucha importancia a sus palabras y decidí retirarme. Luego de un viaje de 10 minutos en mi auto ya estaba en mi apartamento. Lo primero que hice fue tomar una ducha para después cenar en mi cama mientras veía una película. Pasado un rato ya había terminado de cenar, como siempre la comida me pareció exquisita. Luego de un rato terminé de ver la película y decidí que necesitaba liberar tensiones. Tenía bien claro cual era la solución, puse un video porno en la tele y sentí como mi cuerpo entero se calentaba solo con la idea de empezar a tocarme.

El video era simple, un joven de unos 25 años que era follado sin descanso por un hombre de aproximadamente 35 años. La visión de sus cuerpos sudados rozándose mientras gemían al calor de la penetración me erizo por completo. Mi cuerpo entero temblaba mientras sentía como mi miembro se iba endureciendo, mis manos empezaron a recorrer el borde de mi bóxer antes de que una de ellas rozara levemente la punta de mi rabo. Pero un toque leve no era suficiente así que mi mano ganó terreno y con más fuerza empecé a apretar toda mi polla. Podía sentir como se marcaban las venas y la dureza que había adquirido mi polla. Poco a poco me empecé a masturbar, mi mano logró un ritmo constante que me hacía gemir y exhalar en el más puro estado de exitación.

En estos momentos el joven era penetrado mientras se encontraba en cuatro sobre la cama mientras la polla gorda y blanca de su compañero lo taladraba sin parar. De repente mis toques no eran suficientes, necesitaba más y una de mis manos empezó a tocar el punto exacto entre mis nalgas. Primero un roce suave de un dedo apenas abrió mi culo, poco a poco ese dedo empezó a explorar más adentro mientras empezaba a sentir una sensación de dolor y placer.

-Ah, si así, mmm - los que estaba sintiendo se manifestaba en forma de gemidos que trataba de ahogar sin poder evitarlos.

Poco a poco el cosquilleo que sentía en todo mi cuerpo se intensificó, la visión del joven siendo follado y mis manos enfocadas en mis centros de placer estaban haciéndome perder todo ápice de razón. Las sensaciones en mi polla se acumulaban, las oleadas de placer se intensificaban y solo quería más, mucho más. Mi mano ya no respondía a mi, destada bajaba y subía por todo mi miembro a un ritmo frenético que ya no podía ...