Obsesión anal: 6 - Relatos Eróticos

Obsesión anal: 6

Hola a todos y en especial a mis seguidores, gracias por los comentarios y vuestros votos. Siempre os leo y me motivan para seguir escribiendo.

Continúo con las serie de relatos de Obsesión anal.

Después de buscar tanta información por internet sobre sexo anal, limpieza anal, dilatación anal,.... empecé a poner en práctica todo o casi todo lo que había leído, ya que algunas de esas cosas en aquel momento de juventud e inexperiencia me parecieron un poco fuertes, aunque con el paso de los años en alguna ocasión si he tenido que hacer, como por ejemplo hacerme una lavativa con una botella de agua de plástico, según relataba una actriz porno que decía se podía usar para casos de emergencia y que yo he podido comprobar que funciona.

Todo empezó un lunes por la mañana en la que baje a la farmacia y sin contarme un pelo pedí una pera para lavativas y lubricante, el farmacéutico que era un señor calvo y alto de unos 55 años y con cara de amargado, con muy mala cara me dijo que para que lo quería y como no sabía bien que decir o que inventarme fui sincera y le dije que era practicar sexo anal. El farmacéutico me miró con cara entre sorprendido y horrorizado, pero cogió una pera de buen tamaño y un lubricante con base de agua (no sé si no tenían otros o sí él no tenía mucha idea porque para follar por culo el mejor lubricante es con base de silicona). Después de pagar me fui contoneando mi culo descaradamente y cuando llegué a la puerta miré para atrás para ver si me lo miraban como solía hacer todo el mundo. Para mí sorpresa el farmacéutico siguió atendiendo a la gente con cara de amargado, peor para él, se perdió las magníficas vistas de mi trasero. Al final con el tiempo descubrí que para comprar este tipo de cosas lo mejor es un sexshop o internet.

Cuando llegué a casa, llamé a Jaime a su trabajo, como hacía todos los días, le comenté lo que había comprado y me dijo que ya lo usaríamos.

Por aquel entonces mi madre trabajaba por la tarde, entraba a las 15:00, justo cuando salía Jaime de trabajar y siempre me estaba recogiendo a las 15:20, bajamos a su casa para que comiera y a las 16:30 me dejaba a mi en el trabajo.

Con esos horarios yo me pasaba las mañanas con mi madre en casa, le ayudaba en las tareas del hogar, iba a la compra con ella y preparábamos la comida juntas. Como mi madre entraba a las 15:00 a las 13:00 normalmente estábamos comiendo ya.

Cuando por fin se fue mi madre a trabajar a las 14:20 y me quedé sola en casa pude coger el ordenador a solas y como llevaba haciendo los últimos días empecé a leer sobre sexo anal y a ponerme algún vídeo, y como siempre empecé a ponerme muy cachonda, no paraba de pensar en lo que había comprado en la farmacia y que en 30 minutos mi novio estaría allí para ir a buscarme, así que no lo pensé mucho, saque la pera y el lubricante de mi escondite y llene el lavabo con agua tibia, ni fría ni caliente, a la temperatura del cuerpo, justo como había leído en internet, llene la pera de agua, ...