1. Julia


    Fecha: 17/07/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cerré los ojos porque sabía lo que venía.
    
    Julia puso su cara entre mis piernas. Primero lamió la cara interna de mis muslos. Incluso los mordió delicadamente. A continuación, pasó la punta de su lengua por mi coño repetidas veces. Yo estaba impaciente. Quería su lengua dentro mi coño ya. Pero ella seguía jugando a retener el momento. Pasaba su lengua alrededor de mis labios, chupaba el bello de mi chocho, lo besaba. Yo no podía más. ¡Necesitaba su lengua dentro de mi!. Julia, por fin, metió su lengua en mi coño. Abrió mis piernas e introdujo su lengua en mi. ¡Qué placer!. La movía como una serpiente. No paraba. Los latigazos de placer eran infinitos, no cesaban. Jugaba con mi clítoris. Sacaba la lengua y la metía. Me volvía loco. Se agarraba a mis piernas y hacia fuerza con la cabeza, como si quisiera meter aun más adentro su lengua. No se cuanto tiempo estuvo, pero me corrí varias veces. Julia se tragaba mis corridas. Llegó un momento que casi pierdo el conocimiento.
    
    Julia paró y se acostó a mi lado. Me dio un beso en la boca. Sentí el sabor de mis fluidos dentro de su boca. Era el sabor más rico que había probado. Julia parecía incansable, ya que su lengua no paraba de moverse. Me encantaba que fuera una amante tan activa y con tanto aguante. Yo me balancee hacia ella para cogerla por la nuca. Mientras la besaba, Julia puso su mano entre mis muslos. Poco a poco la fue subiendo y me di cuenta de lo que pretendía. Subí un poco mi pierna izquierda, lo suficiente para que la mano de Julia pudiera maniobrar sin dificultad. Julia acarició mi coño aun húmedo. Y metió con facilidad dos dedos dentro de él. Dejé de besarla. Ella metía sus dedos en mi coño muy fuerte, como si su mano fuera una polla. En una de las embestidas, sacó sus dedos....y metió tres. Me volví loca. Julia jadeaba a mi oído. Yo cogí su mano y la ayudaba a follarme, a meterme sus dedos en mi chocho. Me estaba masturbando maravillosamente.
    
    ¿Te gusta?
    
    ¡Si! ¡Sigue! ¡Métemelos!
    
    ¿Más fuerte, Ana?
    
    ¡Si! ¡Fóllame más!
    
    Julia sacó su mano y metió casi toda la mano, los cuatro dedos, todos menos el pulgar. Salté del dolor. Me dolía. Me dolía al entrarme la mano de Julia. Pero poco a poco me fui acostumbrando, y cuando el dolor se volvió el placer, era increíble. Era el mayor placer de mi vida. Era como si me follara una polla de treinta centímetros. Julia no paraba de meterla arriba y abajo.
    
    ¡Destrózame!
    
    Gritaba muy alto. Me volvía loca, me corría a cada embestida. Casi me desmayo del placer.....
    
    Mi recuerdo siguiente ya es a la mañana del día siguiente. Julia estaba desnuda a mi lado, fumando un cigarrillo. Me dolía el coño y los muslos, de estar tan abierta. Julia me dio un besito en la boca y me dijo:
    
    -
    
    Ya no echaras de menos que alguien te abrace, cariño. Ni el sexo
    
    . 
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