1. Julia


    Fecha: 17/07/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... para verlo y hacerme una idea, medirlo....todas esas cosas.
    
    De acuerdo.
    
    A ver, ¿cómo te llamas?
    
    Ana Alvarez.
    
    Tu segundo apellido, Ana.
    
    Rosado.
    
    Ana Alvarez Rosado...¿de qué me suena ese nombre?
    
    No sé.
    
    Ana...Espera, ¿estudiaste en las clarisas?
    
    - me preguntó con los ojos muy abiertos.
    
    Si
    
    ¿En las de la Calle Mayor?
    
    Si
    
    ¿Cuántos años tienes?
    
    Treinta y dos.
    
    ¡Joder! Soy Julia Borrell. Estaba en tu clase.
    
    La verdad es que me sonaba tu cara....¡Claro! ¡Julia!-
    
    ahora caía, era mi compañera de clase en el internado.-
    
    ¡Qué casualidad! ¿Cuánto tiempo?
    
    Pues si. Como me alegro de verte. ¿Qué tal te va?
    
    Bien, ya ves, me he comprado un apartamento, jajaja.
    
    - reíamos las dos. Estabamos muy contentas las dos.-
    
    Y me casé, hace cinco años.
    
    ¿Y cómo está tu marido?
    
    Pues muy bien, supongo. Me divorcié hace tres mes meses.
    
    Lo siento
    
    .- se había quedado de piedra.
    
    No pasa nada. Era un cabrón. Es lo mejor que he hecho en mi vida, jaja. Y tu, ¿estás casada?
    
    ¿Yo? Que va. Soltera por ahora.
    
    Tu si que sabes, Julia, jajaja.
    
    Jajaja. ¡Qué alegría!
    
    Y tanto. Esto tenemos que celebrarlo, Julia. Ya que tienes que venir a medir mi apartamento, ¿por qué no vienes mañana por la noche y así, te invito a cenar?
    
    Vale, perfecto.
    
    Un rato más tarde, tras darnos los números de teléfono y todo eso, nos despedimos. Había sido todo una sorpresa agradibilísima el volvernos a ver. Julia había sido una de mis mejores amigas en el internado de las Hermanas Clarisas, donde estudié BUP antes de la universidad. Pero después de que expulsaran a Julia, perdimos poco a poco el contacto y así habían pasado casi veinte años. Pero ahora volveríamos a tenerlo.
    
    Cuando llegué a casa, estaba rendida. Me metí en la ducha directamente, tomé una cena ligera y me acosté, ya que tenía que madrugar al día siguiente. Ya en la cama, a oscuras, empecé a recordar los días del internado. Los juegos con las chicas, los primeros pitillos, los primeros chicos y todas esas cosas. Julia era la más atrevida, la que hacía todas las trastadas. Era como una de las lideres de las chicas. Me reía en silencio de las cosas que hacíamos. Y así recordé el día de la expulsión de Julia. Yo era una de las pocas personas, contadas con los dedos de la mano, que sabían la razón por la que expulsaron a Julia.
    
    Todo ocurrió una noche de verano del último curso de internado. Marisa, otra compañera, y yo salimos a fumar un cigarrillo a la ventana del descansillo de la escalera. Hablábamos de las cosas que haríamos ese verano. Después de acabarnos el cigarro, Marisa volvió a su habitación, pero yo tenía que ir al baño. El del piso de las chicas estaba estropeado, así que subí al del piso de las monjas. Estaba más o menos a la mitad del piso, así que fui de puntillas, intentando no hacer ruido. Cuando ya casi llegaba, vi una luz que salía de una habitación, que tenía la puerta entreabierta. Yo era un poco curiosa así que me asomé un poco. Lo que vi ...
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