1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (21)


    Fecha: 17/07/2024, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... esa risa fuerte y bronca que le sale profunda del pecho y me agarró el muslo, su mano era tan grande que rodeaba mi pierna.
    
    -Pues no, claro que tu no quieres, te lo decía por él y eso que yo entiendo que lo miraras de esa manera, es un hombre muy macho que gusta a las hembras y a ti no te interesa para nada, mi sobrino y Álvaro tampoco están nada mal. -ahora hablaba lo que otras veces no había hecho, demasiado, y no sabía a donde quería ir a parar.
    
    -Como tu dices no me interesa, no siento fascinación por los hombres que son tan gallos. -me estrujó un poco más en la pierna con la mano.
    
    -Sin duda eso pensaba, ¿no te habré molestado, verdad? A veces me paso cuando una persona me interesa, ¿sabes? Quiero que sigamos siendo amigos, y que si tienes algún problema o necesitas algo sepas que yo estoy para dártelo. -de repente sacó la ranchera del camino y la detuvo. En ese momento sentí un poco de miedo, bueno de miedo no, tenía la certeza de no me iba a hacer algo malo, me quedé expectante, vigilante por lo raro de la situación.
    
    -No me gustaría que pensaras mal, tu eres un muchacho muy guapo, exquisito, mi sobrino y Álvaro están interesados por ti, seguramente también a otros hombres les pasará lo que a Marcos, no hay duda, y yo tengo que cuidarte cuando estás a mi cargo. ¿Me entiendes? -me miraba muy fijo cogiéndome de los hombros.
    
    -Sí, si Eliseo te entiendo perfectamente. -sonreía como un avispado y viejo zorro cazador.
    
    -Pues venga, un abrazo de amigos que selle nuestra amistad. -me llevó hasta su pecho y pensé que me rompía la columna, al cabo de un minuto que aprovecho para pasar las manos por mi espalda hasta llegar a las nalgas, se separó.
    
    -Eres tan pequeño y lindo como un niño. -ahora acercó la cara y me besaba en la frente, sentía los duros pelos de su barba que la tenía como siempre de dos o tres días.
    
    No se detuvo ahí y bajaba besándome los ojos, las mejillas hasta llegar a la comisura de la boca y allí se detuvo unos segundos, posando su carnosa y roja boca en el extremo de mis labios, le olía el aliento a semillas de comino abriéndome el apetito sexual, otra cosa más que me recordaba a Pablo, si hubiera cerrado los ojos pensaría que era él quien me besaba.
    
    Ahí quedo todo, creo que al no recibir repuesta por mi parte decidió terminar lo que solo él había empezado. Cuando llegamos a la casa me dejó en la entrada sin bajarse, abrió la ventanilla y me guiñó un ojo.
    
    -Recuerda que soy tu amigo para todo lo que quieras, esto no lo hables con nadie, pensarían mal, ¿de acuerdo?. -y se marchó, esperé hasta que las luces traseras del del coche desaparecieron.
    
    Esa noche Álvaro no llego para la hora de la cena, me estaba dando cuenta de que trabajaba demasiado, demasiadas horas sin dedicar tiempo al descanso, siempre tenía la misma disculpa, no había médicos suficientes y en este tiempo se disparaba el trabajo ambulatorio.
    
    Subí a la habitación y me puse a revisar los correos que Guido y Oleguer me habían enviado, ...
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