1. A mi hija le gusta el semen.


    Fecha: 12/07/2024, Categorías: Incesto Intercambios Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... te gusta el glaseado? …
    
    —¡Uhmm! … ¡Sí! … ¡Qué rico! …
    
    Luego con sus deditos, recogió semen de su carita y se lo llevó a su boca.
    
    Lo hicimos muchas veces más. Me preocupé con esmero de practicar con Carolina y por lo menos dos veces por semana me corría en su carita. Y lo mejor de todo, ella dijo que le gustaba hacerlo; ¡Imagínate a una niña de cinco años diciendo que ama chupar la polla y tragarse el semen! Bueno, esa es mi Carolina.
    
    Nunca tuve que forzarla, generalmente ella comenzaba con los toqueteos e iniciaba voluntariosa nuestro juego sexual. Yo lamía su coño por horas, incluso la follé un par de veces con mi dedo meñique. Otras veces, la hacía correrse con el vibrador cubierto de lubricante. A ella le encantaba y quería que lo hiciéramos casi todos los días antes de irse a la cama. Entonces comencé a hacerla dormir en mi cama, así después de haber descargado una enorme carga de semen por su garganta, podíamos dormir abrazados. Por largo tiempo hicimos eso.
    
    Pero como todo fetiche, nunca tenía bastante con ella, siempre quería más y más de Carolina. Me corrí en su cara, me corrí encima de su coño, me corrí sobre sus nalgas y de su pechito con esos insignificantes pezoncitos oscuros; vi frotar mi esperma por todo su cuerpo. La vi tragar mi semen, descargarlo en un vaso y beberlo con una pajita; o versarlo en una tacita y después cucharearlo para beberlo.
    
    A los seis años comencé a hacerla ver videos porno y sitios del internet pornográficos. Elegí los videos más calientes. Yo quería que viera a mujeres ahogándose en esperma y disfrutando a beberlo todo. Videos de grupo con muchos hombres follando a una sola mujer. Orgías de lesbianas follando con consoladores enormes afirmados con correas y otros sin correas (Strapless). Comenzó a pedirme que la follara, pero le dije que estaba muy pequeñita para eso, a solo seis años no encontré que estuviera lista para mi verga de dieciocho centímetros. En alguna parte leí que la profundidad media/máxima de una mujer adulta era de veintinueve centímetros y medio. Mi polla era demasiado para ella, le dije que debíamos esperar a que tuviera al menos nueve años.
    
    Me obsesioné viendo a mi pequeñita bebiendo semen. Todas las veces que podía le daba una ración fresca, las veces que tuve que viajar o dejarla sola, le dejaba un frasco en el congelador, le enseñé a descongelarlo en el microondas para dejarlo listo para beberlo.
    
    Cuando tenía siete años le compré un cachorro de pastor alemán de casi un año, siempre escuché que tenían una polla bastante crecidita y aguzada, la mejor polla para chupar y esperaba convencerla a beber esperma de perrito. Tan pronto como el perro alcanzó la edad apropiada, (unos dieciocho meses), le enseñé a masturbarlo. La hice acostarse en el piso con la cabeza apoyada sobre un cojín en la sala de estar que estaba alfombrada, el perro se paró sobre ella, la hice masajear su polla acariciando su vaina peluda hasta que su pene salió por completo, entonces le mostré ...
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