1. Quiero hacer un gato (2/2)


    Fecha: 09/07/2024, Categorías: Intercambios Autor: Tita, Fuente: SexoSinTabues30

    ... percibió.
    
    —Su ternura al besarme la boca, las tetas y la piel, pero quiero sentir su boca hermosa en mi vagina —dijo y, del dicho al hecho, se paró frente a mi marido ofreciéndole su vagina tomándolo con verdadero amor de la cabeza con ambas manos obligándolo a chuparle el clítoris. Saúl, tomando una nalga en cada mano le sorbió el clítoris hasta que le sacó gritos de un orgasmo; ella, no satisfecha aún, talló la cara de mi esposo para masturbarse con su nariz y lengua, distribuyéndole sus líquidos sobre la cara. Era evidente que los celosos éramos nosotros, quienes asombrados solamente mirábamos la escena… A pesar de lo que cada uno sintiéramos, el aroma que expelía el rostro de mi marido, quien no hizo nada por limpiarse, Eduardo traía la verga tan parada como Saúl y yo sentí mi vagina inundada. “Éstos sí que son unos golfos” me dijo Eduardo en voz baja antes de ayudar a su esposa a sentarse, yo me limité a sonreír dudando si estábamos haciendo las cosas bien.
    
    El juego continuó, y noté que Saúl seguía inmune a los celos que crecientemente sentíamos, en su turno, los otros tres. Particularmente, cuando me acerqué a quitarle de la cara uno de los vellos de la panocha de Adriana y se lo mostré, me lo quitó de la mano y se lo echó a la boca con mucho deleite, me puse verde de coraje, pero me aguanté, después de todo, Adriana era mi invitada… Cuando tocó el turno a que Saúl me preguntara, dijo ¿Qué cosa le envidias más a Adriana? tuve la oportunidad para intentar ponerlo celoso. Iba a decir, “Sus nalgas, para que estos machos me vieran sólo a mí”, pero cambié de idea y me fui directamente a la verga de Eduardo y antes de ponerme a lamerla dije “Lo que ella tiene en su boca y en sus piernas todas las noches para dormir feliz y despertar alegre”. ¡Craso error! En lugar de celos, Saúl gozó al ver en vivo algo con lo que se masturbaba frecuentemente al ver los videos de Eduardo y yo haciendo el amor y se le paró la verga como si tuviese resorte. Peor aún me sentí cuando escuché la voz de Adriana al decirle “Creo que ésta puede hacerlo más rico sin lastimarme” y se engulló el falo de Saúl.
    
    —¡Qué hermosas putas! —exclamó Saúl dejándose llevar por las caricias de la lengua de Adriana en su glande y las manos que le tironeaban el escroto mientras gozaba la vista de mi comportamiento de puta con Eduardo.
    
    Eduardo, a su vez, estaba en una situación similar y me agarró violentamente de la cabeza y literalmente me folló por la boca sin darse cuenta de las arcadas que me provocaba en cada vaivén que me llegaba hasta la garganta. “¡A las putas hay que darles su yogurt!”, gritaba mi macho sin control, incrementando la lujuria de mi marido al mirar cómo me trataba este sujeto que ahora me resultaba desconocido; ambos eyacularon simultáneamente. Saúl dio un grito de satisfacción, pero nunca violentó a Adriana quien exclamó “Esto no sabe ligerito, esto sí sabe a hombre”, después de terminó de paladear lo que se le había escapado de la boca.
    
    —Para seguir ...
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