El regreso de Charly - Relatos Eróticos

El regreso de Charly

... separado por la misma situación. No estábamos Interesados en conversar acerca de nuestros fallidos matrimonios por lo que no gastamos tiempo en hablar de eso.

Aunque el tequila ya estaba haciendo efecto en mi cuerpo no me atrevía a preguntar por las deslechadas qué le hice de joven. En algún momento platicariamos acerca de eso. Y así fue, con mirada coqueta el se atrevió a recordar esos momentos cachondos.

Me sugirió salirnos de allí para recordar nuestra juventud.

¡Eso quería escuchar! De eso estaba pidiendo mi limosna.

Nos metimos en el primer motel qué encontramos en el camino. Escuché cuando le asignaron cuarto y el costo del mismo. Entramos a una habitación cómoda y con una cama bastante grande, en 10 minutos nos llevaron una botella de tequila y un par de vasos. Nos besabamos como la primera vez, con mucha cachondería y con ganas de acabarnos el uno al otro.

Lentamente me quitó la blusa y saco mis senos qué ya estaban erizados por el deseo de sentirlo. Besaba mi cuello y no dejaba de decirme lo hermosa que me veía. Sentí sus manos en mis piernas, tocaba mis vagina caliente. Yo fui preparada para tener una noche espectacular. Mi pequeña tanga con encaje hacia juego con mi sostén de tres cuartos de copa. Mis senos se veían maravillosos y él se los comía con mucho placer. Mi liguero sexy para despertar más la pasión. Me quitó mi falda y pudo admirar mi cuerpo sin restricción alguna, sin miradas y sin miedos. Tomo una copa de tequila y lentamente la fue vaciando en mi ombligo, me estremeció hasta los huesos sentir sus labios en mi vientre. El tequila bajaba por mi entrepierna hasta llegar a mi vulva, por fin pude sentir su lengua en mi cueva. Me la chupaba con frenesí. Me pidió que me volteara e hizo lo mismo con otra copa de licor. La dejaba caer en mi espalda y el la succionaba con su boca. La qué escurría por mis nalgas también la chupaba hasta llegar a mi culo. No me dejo quitar las medias ni el liguero porque le exitaba verme así.

Me mamó la panocha hasta que sentí como un choque eléctrico invadía mi cuerpo, me estaba viniendo y el tomaba todos mis jugos vaginales con su lengua. No dejaba de acariciar mi cuerpo. Estaba enloquecido por verme, tocarme y cegerme.

Se quito el bóxer qué llevaba puesto y vi su verga parada. No era como la recordaba o al menos eso creía. No me importó y empecé a besar su pecho, su barbilla, sus hombros, su ombligo y así hasta llegar al falo qué aún no entraba en mi cuerpo. Se lo mame unos minutos y mi lengua saboreaba cada milímetro de su exitante pene, quizá tres minutos y de repente me puso en cuatro patas, como si fuera una perrita en brama.

-Así te quería ver, me moría por ver las enormes nalgas qué tienes.

Y así sin condón me lo metió hasta el fondo de mi vagina, por primera vez en nuestras vidas.

-Por fin estoy dentro de ti.

Me cogió con fuerza, temblando y con mucha pasión.

Escuchar sus gemidos de placer me volvieron loca de exitación. Sabia que lo estaba disfrutando al ...