Las fantasías de Fena cuatro - Relatos Eróticos

Las fantasías de Fena cuatro

... de rodillas. Ahí abofetearon su cara, mientras masturbaban sus pollas. Hasta que uno tras otro se fueron corriendo sobre su cuerpo.

- Siii, mira que puta, como abre la boca. Tomaaa, tomaaaaa

La boca, el pelo, los pechos y el cuerpo de Fena se fueron llenando de ese caliente líquido que manaba de la polla de esos hombres. Ella colgada solo abría la boca para recibir de vez en cuando un buen chorro, el primer buen chorro. Su excitación era máxima.

Fena fue descolgada y sus oídos fueron descubiertos, ahora ya tenía todos sus sentidos en forma.

- Ha sido fantástico, ¿puedo ducharme?

- No, como mucho te lo puede extender, pero ducharte no.

Fena mirando lascivamente a su amo, se pasó sus manos por el cuerpo extendiendo bien todo el semen, se chupo los dedos y le guiño un ojo.

- Toma vístete que nos vamos.

- Espera un poco que se me seque, ¿no querrás que vaya con la ropa pegada?

- sí, eso es lo que quiero.

Nada más ponerse la camisa, esta quedó pegada a su cuerpo y sus pezones ahora se veían con total nitidez.

- ¿Así te gusta más?

- Si, así me gusta mucho más.

Salieron del garito en dirección al hotel, con esos enhiestos pezones, totalmente dibujados sobre la finísima tela.