1. El Niño Que Conocí En El Parque


    Fecha: 04/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM Hetero Sexo con Maduras Autor: Naty, Fuente: SexoSinTabues30

    ... como le dije, y estaba logrando cierto éxito. Movió su cuerpito para besarme de nuevo y sus pequeños labios se presionaron contra los míos. Mi lengua golpeó contra su boca y él la abrió, permitiendo que nuestras lenguas se azotaran, probaran, se destrozaran unas a otras y giraran juntas como si trataran de mezclarse en una. Lo abracé fuertemente contra mi cuerpo, creyendo que si actuaba como si fuera un amante experimentado, se sentiría aún más a gusto. Quería que se sintiera lo más hombre posible en lugar de niño. Mis manos recorrían frenéticamente arriba y abajo su cuerpito mientras nos besábamos, trazando los suaves músculos de sus redondeados y preciosos hombros, la pequeña hendidura de su espalda, las suaves mejillas de su pequeño trasero, explorándolo todo como si él era una nueva propiedad. Me di cuenta ahora de que algo en este niño se abrió de par en par. Después de todo, el sexo es la cosa más natural del mundo. Rompió nuestro beso después de unos minutos y movió su cuerpito hacia abajo para poder arrodillarse entre mis piernas. Sus manitas exploraron mi cuerpo, las movió hacia abajo a lo largo de mis muslos, mis pantorrillas y volvió a subir hasta mis senos bien redondeados, suaves y flexibles, para sentir cuán grandes eran en sus palmitas.
    
    Los masajeó y amasó con movimientos circulares mientras jugaba con mis pezones, haciéndome gemir como una perra en celo. Deslicé mi mano entre nosotros nuevamente para sentir el eje duro, húmedo y palpitante de su pequeño pero grueso penecito rozando la parte interna de mi muslo. Me encantó descubrir que había crecido aún más que la última vez que lo toqué, y una pequeña emoción extra me apuñaló profundamente en mi interior cuando una vez más lo tuve en mis manos. Girando la cabeza hacia un lado, gemí y le susurré a Alancito que lo quería dentro de mí y que tenía que dejar que su dulce y pequeña pollita me follara el coño. Jadeé cuando sentí su penecito penetrando eróticamente la palma de mi mano, que se cerró completamente alrededor de su eje, sobre mi estómago. Sentí sus latidos lujuriosos y en expansión, acompañados de sus gemidos de placer mientras se enderezaba y dejaba de masajear mis senos. Lo apreté y acaricié con fuerza, haciendo que Alancito gemiera de placer, y comencé a torcer los pliegues sueltos de su prepucio a lo largo de su pollita endurecida, mis manos giraban en direcciones opuestas como si estuviera escurriendo una toalla mojada. Decidí que podía tratar fácilmente a este niño de once años como si fuera uno de mis otros niños amantes experimentados.
    
    Este peladito es diferente y supe que era diferente desde el momento en que interactué con él por primera vez. Era como si hubiera hecho esto antes con alguien o hubiera visto a alguien más hacerlo, y supe que él sabía lo que quería decir cuando dije que quería que me follara. El se inclinó un poco hacia atrás y agarró mis piernas por detrás de las rodillas, y solté su penecito mientras me levantaba mis largas piernas, mis ...
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