1. Fui puta por una noche


    Fecha: 03/07/2024, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... estaba y no estaba dispuesta a hacer hasta que me convenció del todo. Lo único que no acepté fue no ponerme pantaleta. Supongo que era una de esas condiciones a las que Diego le importaba poco si aceptaba o no, con respecto a todas las demás fue insistente hasta lograr convencerme por completo.
    
    También me dijo que no me pusiera brassier, le dije que aceptaba, pero le mentí y fue en el ascensor antes de llegar al piso seis que me lo quité y lo guardé en mi pequeño bolso junto a mis otras cosas como el smartphone, mi kit de maquillaje y demás cositas personales.
    
    Me acerqué a la puerta del apartamento indicado y vacilé por unos dos o tres minutos hasta que decidí tocar, una vez dentro la vergüenza iría desapareciendo.
    
    No tardé mucho, la puerta se abrió y me sorprendí al ver que quien me recibía no era Diego sino el chico al que no conocía hasta ese momento. Era guapo, más que Diego, sus ojos eran verdes, su cabello corto y una sonrisa que invitaba a todo, lo que me hizo pasar por alto que Diego había incumplido su palabra de ser él quien me recibiría al llegar.
    
    Me quedé sin palabra, como estúpida viendo sus ojos que me dejaron encantada entonces él me saludó y abriéndome el paso me invitó a entrar.
    
    Una vez dentro y de espaldas a él solo escuché cuando cerró la puerta. Por un momento pensé que aquello no estaba bien, que era el momento justo para echar atrás aquella loca fantasía que estaba a punto de llevar a cabo.
    
    —Eres muy sexy —dijo él, sin presentarse
    
    —Gracias —dije sin mirarle
    
    Él se acercó y se puso frente a mí, me sonrió y con esa sonrisa me sentí completamente dominada, pero ese momento bonito fue interrumpido por el ruido de una puerta abriéndose. Mi primo se hacía presente en la escena, desnudo, secándose el cuerpo con una toalla blanca.
    
    —Wow —eres más bella de lo que pensaba— me dijo, con su particular rostro risueño y pretendiendo aparentar que era la primera vez que me veía.
    
    Volví a recordar lo hablado días atrás. «No nos conocemos, eres una prepago».
    
    Esa era la fantasía de Diego a la que tanto me había negado durante casi un mes, días enteros de insistentes mensajes y discusiones, no olvidéis que Diego vive en una ciudad a tres horas distante de la mía; esa noche solo estaba de visita en la capital.
    
    Su amigo me detallaba de arriba abajo y adiviné sus intenciones, solo que no entendí el por qué no se atrevía a tocarme. Diego se quedó esperando que yo diera el próximo paso: exigir el dinero.
    
    Vacilé nuevamente por unos cuantos segundos, Diego continuaba secando su cuerpo, esperando que yo actuara, mientras tanto, su amigo no me quitaba el ojo de encima y yo empezaba a humedecerme deseando pertenecerle a ambos.
    
    —Bueno, como acordamos —dije sin mirarlos directamente, sintiendo que el corazón se me salía por la boca—. Son 500 mil.
    
    Una vez dije eso me sentí la mujer más puta de todas las putas. Sentí una vergüenza enorme y al mismo tiempo me liberé de toda la presión que llevaba sintiendo durante un ...
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