1. El reto de la bomba temporizada 3


    Fecha: 25/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Alstier, Fuente: TodoRelatos

    ... no haces trampas”. Esperó impacientemente, mientras el plug anal aumentaba cada vez más su intensidad, mordiéndose el labio para no hacer ruido.
    
    “Ese vídeo es amarillo. He dicho que quiero uno Rojo”.
    
    Bufando de frustración, Lucía se sentó sobre la tapa bajada del váter, se abrió de piernas y empezó a masturbarse de la forma más violenta que pudo, a toda velocidad, mordiéndose el labio para no gemir, mientras que en su trasero el aparato parecía haber alcanzado su máxima velocidad. Se dio la vuelta, dio un primer plano de su trasero y se introdujo los dedos con ferocidad, para luego volver a girarse hacia la cámara y continuar masturbándose mientras se retorcía un pezón con fuerza.
    
    Y entonces ocurrió. Perdió el control: dos semanas de frustración, de orgasmos negados y de excitación alcanzaron su clímax, y ella no dejó de estimularse. Le temblaron las piernas, se tensó completamente y ahogó un gemido, casi un grito, mientras perdía todo semblante de autocontrol y alcanzaba el orgasmo más intenso que había alcanzado en su vida.Tardó aún unos segundos en recuperarse y mirar a la cámara del teléfono con el espanto dibujado en el rostro.
    
    —¡No, no, no! Mario, lo siento, no podía más —susurró—. Lo siento mucho, amo, perdóneme.
    
    El vídeo se envió. No había nada que ella pudiera hacer por impedirlo. Mientras ella se levantaba, temblorosa, y se acicalaba con agua fría, su respuesta llegó con un simple gesto: el plug anal se detuvo. Pero Mario no respondió a su último mensaje.
    
    Cuando volvió al trabajo, solo una de sus compañeras, Ana, sonrió divertida al verla, pero no dijo nada inapropiado. Ana era una chica algo más alta que ella, flaca, de pelo rubio y corto y preciosos ojos verdes.
    
    —¿Te ha sentado algo mal?
    
    —Sí, sí, es eso. Discúlpame.
    
    —Nada, no te preocupes —dijo Ana—. Hoy está todo tranquilo, si quieres puedes pasarme el parte y marcharte un poco más pronto a descansar.
    
    —Ay, Ana, eres la mejor.
    
    Y así lo hizo, volviendo a casa una hora antes de lo habitual. Antes de salir del hospital escribió a Mario y le informó que iba para allá, como siempre hacía al salir de trabajar. Él siguió sin contestar, cosa que hizo que Lucía caminara con la tensión atenazándole el estómago. No podía creerse que fuera a cumplir su amenaza, ¿verdad? Había estado dos semanas cumpliendo, sin faltar, seguro que la perdonaba el haberse corrido sin permiso. Además, había sido un vídeoRojo espectacular, no tenía duda de ello. Sin duda le perdonaría el desliz.
    
    ¿Verdad?
    
    Cuando llegó a su casa, cumplió con otra de las normas que le había impuesto Mario: ya en la entrada, nada más cerrar la puerta, se desnudó completamente, dejó la ropa bien doblada a los pies de la escalera que daba al piso superior, y se dirigió hacia la habitación de Mario. Tras la puerta pudo escuchar voces desde el ordenador, quizá estaba viendo una película. Llamó a la puerta, él le ordenó pasar, y en cuanto abrió las voces se le hicieron claras.
    
    —¿Cuál es el castigo si ...
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