La primera vez que jugué con su ano - Relatos Eróticos

La primera vez que jugué con su ano

... deslizó sobre mi cara, solo podía respirar y abrir la boca, pero no podía ver nada, la máscara aprisionaba toda mi cabeza.

-Tranquilo

La habitación olía de una forma muy intensa, era una mezcla de aromas embriagadores, sentí como empezaba a desabrocharme la camisa, me la quitó y dejó mi torso desnudo.

-Primero tomaré yo mi postre, después te toca a ti. ¿Te gusta la mermelada?

-Me encanta

Y acto seguido me untó los labios con mermelada de frambuesas, acercó sus labios a los míos y lamió toda la frambuesa introduciendo sus lengua en mi boca, me acerqué y la abracé, sentí sus pechos liberados contra los míos, su culo estaba libre también y solo podía palpar un diminuto tanga metido entre sus glúteos, me apartó y me ordenó que me apoyara contra la pared. Eso hice obedientemente, mi polla comenzaba a palpitar y empezaba su lucha contra mis slips. Sentí sus manos rozando la hebilla de mi cinturón, me quitó los zapatos, deslizó los calcetines a un lado y apoyó su cara sobre mi abultada bragueta

-Hace tiempo que no te siento, verga mía

Ella le hablaba a mi miembro como si de un familiar cercano se tratase, tiró de la correa y la soltó, me bajó el pantalón hasta los tobillos y mordió mi bulto a través de la tela, aquello empezaba a crecer y endurecerse, volvió a los pantalones y los terminó de quitar, mi polla solo quería salir y liberarse, ella comenzó a subir besando mis piernas y cuando llegó a la altura de mi mástil, comenzó a presionar sobre el como si me lo fuera a sacar por detrás, tiró del slip con violencia y lo partió

-Espero que no te importe, me encanta romperlos, tú también tendrás tu oportunidad.

De repente sentí frío sobre mi prepucio, me estaba untando toda la verga con mermelada y lo que después ocurrió cualquiera puede imaginárselo, devoró todo mi miembro de arriba abajo sin dejar ni rastro de la mermelada, se lo introducía tan adentro de sus fauces como podía, hasta el punto de provocarle arcadas, comencé a sentir toda clase de sensaciones, me dolía la polla, ella la mordía como si se la fuese a comer, canibalismo puro era aquello, yo no iba a aguantar mucho más, pegué mi culo a la pared y ella apretó con sus dedos en la base de mi pene, aquello frenó momentáneamente lo inevitable, la volvió a morder y comenzó a absorber la cabeza de mi vástago velozmente….ahí me desparramé, ella se aferró al prepucio y lo sorbió todo, sin desparramar ni una gota, mi espalda se había fundido con la pared y las piernas me temblaban, ella se levantó y me beso, me metió la lengua de nuevo y pude saborear la mezcla de los jugos de su cavidad bucal, la saliva contaminada por mi semen. La verdad es que no era desagradable, ya me iba acostumbrando, a ella le gustaba mezclar fluidos, disfrutaba con ello.

-Bueno, ahora te toca a ti, pero antes sal de nuevo…y quítate la máscara.

La noche se había puesto juguetona, y me gustaba, ella sabía amenizar una velada.

-Ya puedes entrar

Abrí la puerta y allí estaba en medio de la ...