1. Mi sobrina y su prima del pueblo 4


    Fecha: 18/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: CacharroLoco, Fuente: TodoRelatos

    ... costumbres, y Claudia no era una excepción. Iba al baño casi cada noche de las 3 a las 4 de la madrugada. Mi reloj empezó a vibrar a las 3 y me desperté sonriendo. Me levanté y fui a tomarme un café y un cigarro, mientras ponía mi oído en la puerta de Claudia y Esther.
    
    Poco antes de las 4 salió Claudia medio sonámbula, entro en el baño, y fui a esperar que saliera. Ya llevaba un rato despertando a mi polla, y la tenía bastante despejada ya. Sonó la cisterna, el lavamanos y abrió la puerta.
    
    Cabizbaja por el sueño, lo primero que vio fue mi rabo apuntándola. Parpadeo y levanto la vista. Se quedo paralizada, me miraba con miedo, pero sus ojos no tenían miedo.
    
    -Tengo novio- me dijo.
    
    -Yo también- le respondí.
    
    -Tengo que seguir virgen- me mintió.
    
    -No vas a seguir siéndolo- le conteste.
    
    Bajo la vista a mi polla y le dije.
    
    -Cógela, no muerde.
    
    -Otro día ¿vale? - me dijo intentando pasar por mi lado.
    
    La pare cogiéndola entre las piernas y agarrando su chochito. Se paro en seco. Le hice fuerza y levanto los pies de puntillas, y le empecé a frotar el coñito sobre sus braguitas.
    
    Estaba inmóvil, y no me miraba. Me estaba cortando el rollo la puta “Pegui” de pueblo. Seguí pajeándola, y esperé que se calentara y al fin agarrase mi polla con ansias. Pero solo gemía en la oscuridad con las manos quietas.
    
    Claudia creía que, si le hacía caso a su coñito ya cachondo, acabaría como Esther. Y resistió estoica mi mano en su coñito y mi respiración agitada en su cuello. Se quería lanzar a comer ese gran rabo, pero resistió bien.
    
    Me canse de esperar, aumente mi ritmo muy rápido, hasta que se le apartaron las braguitas, y resbalaba mi mano en su coñito y empezó a gemir. Pero no me la cogía. Pare de golpe y la solté, volviendo a la cocina a fumar.
    
    Claudia se quedo un rato en el pasillo a oscuras, intentando recobrar la compostura. Sabía que la había cagado, creía que la acabaría violando contra la pared, y una vez cachonda, aceptaría lo que le pidiera. Pero no, la había dejado y me había ido. Y no contaba con eso, ahora si seria como Esther, o peor. Se metió en su habitación y se tapo hasta la cabeza llorando.
    
    Yo fumaba, forzando a relajarme y sonreía pensando en la puta “Pegui” de pueblo. Es lesbiana, deduje. Se a enamorado de Sonia, y no se a lanzado a mi polla, cuando al fin podía sin mis chicas viéndola. No entendía porque me miraba con deseo, y deje de darle vueltas.
    
    Me levanté y fui a su habitación. Abrí la puerta a oscuras y moviendo mi muñeca se encendía la pantalla de mi reloj unos segundos. La encontré en su cama boca abajo y me puse encima. Le bajé la sabana, el pantalón y las braguitas, y cooperaba diciendo algo que no entendí. Metí mis dedos y busqué su coñito, follándolo con dos dedos. Enseguida levanto el culito y coopero. Seguí más rápido, quería que se mojara, empezó a gemir y mover sus caderas. Le saque la mano y le empuje mi polla y dijo:
    
    - ¡Mmmh! Hola- y se la dirigió a su coñito.
    
    Note su calor y ...