Keya El enojo y el rebenque Cap.10 - Relatos Eróticos

Keya El enojo y el rebenque Cap.10

... respuesta irritada y seca.

Su dueño estaba preparado. Siempre estaba varios pasos adelante del animal, y conteniendo la risa, la agarró del brazo y la puso contra la pared

Dos soberbios cachetazos volvieron a poner a la hembra en el lugar de obediencia que le correspondía. Su dueño la taladraba con la mirada

- Ayyyy perdón señor..yo no quise…perdón…perdón…soy una …

- Las manos atrás de la nuca! Y abrí las piernas.

Keya obedeció y se ofreció expuesta.

El próximo acto de Jorge fue agarran el rebenque grande. Keya lo miro angustiada y trago saliva.

- ¿QUIEN DA LAS ORDENES ACA? - Interrogo el macho?

- Usted mi señor. - Fue la débil respuesta de Keya…

- ¿QUIEN DECIDE CUANDO VOS COGES?

- Usted mi señor…A Keya hace rato se le había ido la irritación. Solo quedaba una hembra asustada y angustiada…

- ¿PARA QUE TE CONTRATE ACA? ¿PARA TRABAJAR O PARA COGER?

Jorge cada vez sonaba más duro

- Para trabajar señor…yo…

- VOS NADA. VOS NADA. ¿ENTENDES? - dijo el macho pegando con el rebenque contra la pared. Eso fue demasiado para Keya, que rompió a llorar como una nena.

- Perdón señor…¡yo nada! ¡Yo no soy nada! ¡Soy una puta estúpida que todavía no entiendo nada! ¡Perdóneme mi señor!

Keya era la personificación de la angustia, y si bien decía todo eso para evitar una paliza con ese terrible aparato, en su cabeza esas ideas que salían atropelladas de su boca, seguían creciendo.

- QUE SEA LA ULTIMA VEZ KEYA…VENIAS MUY BIEN HASTA AHORA - dijo Jorge mientras comenzaba a estimular la concha de la angustiada mascota.

- Si señor…yo le prometo…yo le juro que nunca más… aaaaahhhh, le voy a contestar así…perdóneme mi señor.

Jorge se tomaba el tiempo para pajear a Keya que seguía asustada y sollozando. Su concha tímidamente volvía a soltar jugos. La confundida hembra no entendía ese cambio de actitud, pero entendió que lo único que tenía que entender es que su dueño sabía lo que hacía. Entonces cerró su boquita. Siguió con las piernas abiertas, y dejo que la vuelvan a encharcar.

- Ahhhhhh ahhhhh - fue lo único que se escuchaba, junto con el chapoteo de su entrepierna…

- Ahhh ahhhh ahhhhhh

Keya estaba a punto. Jorge lo supo y dejo de tocarla. Ella lo miro angustiada, pero con una angustia diferente a la anterior, mezcla del miedo que no la dejo nunca y de la ansiedad del orgasmo inminente.

- VAS A APRENDER KEYA…VAS A APRENDER…- le decía su macho mientras dejaba que Keya recupere su respiración

El proceso re repitió dos veces más: la paja ponía a la yegua al borde del orgasmo, pero el mismo le era negado, la última negación tuvo como resultado una nueva crisis de llanto angustiado, producto de la cruel tortura.

- VAS A APRENDER KEYA…VAS A APRENDER…LA ESCENITA DE HOY NUNCA MAS.

El macho dejo que Keya se calmara un poco de ese llanto que sonaba tan amargo. La yegua no podía mirarlo, miraba arriba, abajo…un costado, pero no podía mirar a su dueño. Tal era el grado de turbación que la invadía. Luego de ...