1. Me llamo Lucía


    Fecha: 12/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Dani, Fuente: TodoRelatos

    ... y obedecí con repugnancia. A veces metía un poco la lengua como me mandaba. Cuando estaba limpio y brillante por mi saliva lo retiró, quedándose su asqueroso olor en mi nariz y su sabor en mi boca.
    
    “Ahora te toca disfrutar a ti, perra sucia, no creas que soy un egosita". Me dijo y empezó a pasar su lengua áspera y húmeda por mis labios vaginales. La verdad es que se notaba que tenía mucha experiencia, humedecía y succionaba mi clítoris con gran habilidad mientras pasaba sus gruesos dedos por mi vagina que estaba chorreando y me corrí. Él se dio cuenta y se rio, "lo ves como eres una guarra reprimida, lo supe desde el momento en el que entraste en mi taxi. Espero que no me manches el asiento con tus fluidos porque si lo haces te tendré que castigar, puta viciosa."
    
    Después empezó a chuparme el agujero del culo, lo succionaba y lo escupía hasta que sin avisar me metió un dedo. Yo gemí con miedo, aunque no me atrevía a gritar. "Ya que eres virgen te voy a follar el culo, ya veremos más adelante cómo te estrenamos." Le rogué que no lo hiciera. Sacó el dedo de mi culo y me ordenó que lo chupara, sabía a mi ojete, pero era un aroma a rosas comparado con el suyo que me había obligado a lamer antes. Sin apiadarse de mí, me metió dos dedos por mi estrecho orificio que se dilató un poco. Me produjo un enorme dolor, pero también me estaba empezando a calentar.
    
    A pesar de su edad, el taxista ya estaba empalmado otra vez, debía haberse tomado algo. Se humedeció con saliva el glande y lo puso en la entrada de mi estrecho ano, mientras con las manos apretaba mi cuello. Estaba muy asustada pero también excitada. Me ensartó de golpe, sin condón, de una sola embestida hasta el fondo. Aunque no la tenía muy grande me dolió muchísimo porque era la primera vez que algo entraba por ese apretado agujero y no estaba lubricado. Me sodomizó violentamente, a un ritmo frenético, como un perro montando a su hembra.
    
    El dolor era insoportable, como si me estuvieran partiendo por dentro, pero cuando tras muchas embestidas relajé mi esfínter y se dilató ajustándose a su glande tuve un enorme orgasmo siendo enculada. Mis piernas temblaban. Se vino dentro de mí y al sentir el calor de su semen en mis entrañas yo también me corrí. Después me la metió en la boca para que se la limpiara. Amargaba porque estaba sucia de mi sangre, de mis heces y de su semen, pero me encantaba el sabor... La dejé limpia y brillante.
    
    Metió un dedo en mi culo para taponarlo hasta que me puse las bragas pues no quería desperdiciar "su valiosa leche", para llevarla "de recuerdo dentro de mí”, me dijo. Como despedida me dio un largo y húmedo beso en la boca y su número de teléfono en una hoja por si quería repetir. Decía que estaba seguro de que iba a ser su putita porque bajo mi cara inocente se ocultaba una gran cerda que deseaba ser dominada y emputecida y que él me iba a domar y sería mi dueño. Sus sucias palabras ya no me molestaban, al contrario.
    
    Cuando volví a mi casa me dolían ...
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