1. Me llamo Lucía


    Fecha: 12/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Dani, Fuente: TodoRelatos

    ... preciosa, nos volvemos a ver. -Me dijo pasando sus ojos directamente de mi pecho a mi entrepierna, todavía húmeda, con descaro.
    
    Me tapé con mi chaqueta de cuero y él sonrió dibujando una mueca que acentuaban las arrugas en las comisuras de sus labios. Parecía muy seguro de sí mismo.
    
    - ¿Te llevo a casa? -Me preguntó.
    
    - No es necesario, cogeré un taxi. - Le contesté estúpidamente. Mi cabeza me daba vueltas y estaba a punto de marearme. Él, sin pedirme permiso me cogió de la cintura y me sacó a la calle, yo no podía resistirme porque estaba cada vez más aturdida, no me tenía casi en pie.
    
    Entrelazados por la cintura me llevó por la calle como si fuéramos dos enamorados. En una zona solitaria metió su mano arrugada por debajo de mi ropa y empezó a sobarme torpemente las tetas. Intenté resistirme tirando de su mano, pero no podía apartarla y, para humillarme, se quejó de que tenía poco pecho, "qué le vamos a hacer", dijo. Intenté escabullirme de sus brazos, pero era bastante más fuerte que yo.
    
    Acercó su boca a la mía, apestaba a una mezcla de ajos y alcohol, y me besó salvajemente. Sentí tanto asco que intenté separarle para que no metiera su lengua, pero no pude, me dio una fuerte bofetada y me obligó a abrir los labios lo que aprovechó para escupirme dentro.
    
    Su saliva pegajosa me produjo arcadas e intenté escupir, pero él me lo impidió cerrándome la mandíbula con fuerza y me pegó otra bofetada para obligarme a tragár. Sentí como bajaba su repelente saliva hasta mi estómago. Él se reía mientras aprisonaba con sus manos mi garganta produciendome un pequeño ahogo.
    
    - Ahora eres mía y puedo hacer contigo lo que quiera, ¿lo han entendido? -Me dijo mientras apretaba con más fuerza mi fino cuello.
    
    Me volvió a morrear con muchas babas, metiéndo su lengua y llenándome de su asquerosa saliva que se escurría en finos hilillos que resbalaban hacia mi chaqueta de cuero que brillaba al humedecerse con el pegajoso líquido. Su boca era además horrenda, tenía los dientes sucios y descolocados y le faltaba alguna pieza. Se detuvo y me dijo que le chupara la boca para no desperdiciar su "valiosa" saliva. Por temor obedecí aunque sentía asco. Estuvimos así más de quince minutos, morreando e intercambiando saliva.
    
    Pasó una pareja e intenté pedir auxilio, pero no pude. Tenía mi boca sellada con la suya y su mano apretaba fuertemente mi garganta hasta casi asfixiarme. Oí a la pareja decir "mira qué putita, se lo va a follar en la calle, ¿por qué no os vais a un hotel?" Imagino que ver a un hombre mayor, gordo y sudoroso morreando con una chica preciosa no podía significar más que yo era una puta.
    
    - ¿Lo has oído? ¡Eres mi putita! -Me dijo mientras me cogía una mano y me la ponía en su bragueta que estaba a punto de estallar.
    
    De un tirón me bajó el pantalón vaquero, puso su mano a la entrada de mi vagina para masturbarme y al notar que estaba empapada se rió y me dijo que era una verdadera cerda, "su putita". Al sentir sus arrugadas manos en ...
«1234...»