1. Me llamo Lucía


    Fecha: 12/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Dani, Fuente: TodoRelatos

    La encontré una noche en un polígono industrial. Me pidió diez euros para que hiciera con ella lo que quisiera, chupar o follar, y sin protección. Estaba temblando. Sentí lástima y me la llevé a casa pagándole por una noche entera cincunta euros. Estaba tan demacrada que no inspiraba ningún deseo sexual. Se quedó conmigo más de un mes recuperándose. No la pedí nada a cambio y no tuvimos ningún encuentro sexual aunque ella quería pagarme en agradecimiento con su cuerpo. Cuando recuperó las fuerzas me narró la siguiente historia que yo he escrito, es una historia real, únicamente he cambiado los nombres para garantizar el anonimato:
    
    Me llamo Lucía y cuando comenzó esta historia acababa de cumplir dieciocho años. Era una chica muy tímida. Físicamente delgada, con pecho pequeño y culo respingón, de piel blanca, rubia y de ojos verdes. No muy alta, mido 1,60 metros.
    
    Mi familia es de clase media acomodada y por aquel entonces vivíamos en un piso grande en un barrio de las afueras de Madrid. Yo acababa de empezar la carrera de derecho y era buena estudiante. Y, aunque me gustaba salir de fiesta con amigos, prefería, la mayoría de las veces, quedarme en casa disfrutando de una película o leyendo un buen libro.
    
    Con mis dieciocho años recién cumplidos todavía era virgen debido principalmente a mi timidez, me costaba incluso masturbarme.
    
    Un sábado por la tarde había quedado con mis amigas porque mi novio tenía un examen el lunes y debía quedarse en casa estudiando. Como siempre, tardé en elegir la ropa ya que me gustaba ir elegante pero tampoco quería llamar la atención como la monja del grupo con la fama que ya tenía, y opté por unos vaqueros rotos, una camiseta rosa que se ceñía a mis pequeños pechos casi adolescentes y unas bragas blancas tradicionales a juego con el sujetador. Me puse encima una fina chaqueta de cuero.
    
    Bajé a la calle, el olor del aire anunciaba lluvia. Paré un taxi y me subí. Nada más entrar el aroma a grasa y sudor me hizo arrepentirme por no haber esperado al siguiente, pero llegaba un poco tarde y me daba vergüenza decirle al taxista que me quería bajar.
    
    - ¿Dónde vamos, guapa? - Me preguntó el taxista.
    
    - A la calle Serrano, por favor
    
    - Sin favor, preciosa, ¿a qué número?
    
    - Voy al pub “El Callejón”
    
    - Ya sé dónde está. ¿Y cómo una preciosidad como tú va allí sola? ¿No tienes novio? - A mí no me apetecía mucho hablar con aquel gordo y maduro conductor que apestaba a sudor como su vehículo, pero le seguí la corriente para no parecer antipática.
    
    - Sí, tengo novio -le contesté-, pero este fin de semana no puede salir.
    
    - ¿Tiene algo más importante que hacer que estar con un bombón como tú? Si yo fuera más joven... No te dejaría nunca sola... ¿Cuántos años tienes, guapa? -Miré distraída por la ventanilla. Aunque no me molestaba conversar con aquel señor mayor, prefería ir en silencio, pero aun así le contesté.
    
    - Dieciocho años.
    
    - Joder, si eres una adolescente. Yo tengo más de sesenta... Pero me ...
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