1. Cosas que suceden II.


    Fecha: 09/06/2024, Categorías: Fetichismo Incesto Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... movimientos por sobre su pantalón. Mi calentura obnubilaba todo razonamiento criterioso.
    
    —Andrés … ya nos hemos visto desnudos … así que si quieres masturbarte, siéntete en libertad de hacerlo …
    
    —Me encantaría … pero no creo poder hacerlo frente a ti, mamá …
    
    —Y si yo lo hiciera junto a ti … ¿Te atreverías a hacerlo? …
    
    Me miró fijamente mientras asentía lentamente con la cabeza. Entonces me levanté y me quite primero la remera y luego los pantaloncitos. Andrés estaba volteado a quitarse sus propios pantalones, cuando se giró y me vio vestida con mi lencería, jadeó y se quedo boquiabierto a mirarme. Comencé acariciándome los muslos, estiré mis medias y pude ver que mi coño estaba brillante y mojado a través de la tela transparente, mi excitación era más que evidente. Por el rabillo del ojo observé que Andrés había dejado de mirar la pantalla, su atención era toda dirigida a mí. Se sentó al lado opuesto del sofá, su polla gigantesca le sobrepasaba el ombligo, cuando comenzó a magrear su enorme pene, tampoco yo pude seguir mirando la televisión, miré lujuriosamente su verga gruesa y grande, sin poder resistir más, me senté girada hacia él mostrándole mi panocha mojadísima, al tiempo que con mis dedos apartaba la fina tela que cubría aún mi sexo y lo dejé ante sus ojos desnudo.
    
    —¡Guau!, mami … ¡eres una bomba sexy! …
    
    —¡Mmmmm! … ¿Deveras crees que mamá es sexy? …
    
    —¡Oh, sí!, mami … eres sexy y bella …
    
    —Quítate la ropa, Andrés … mami quiere volver a verte desnudo …
    
    Cualquier atisbo de razón había hecho abandono de mi cerebro lujurioso, ahora una calentura irresistible dominaba todos mis actos. Andrés acariciaba su pija lentamente mientras sus ojos no cesaban de recorrer mi cuerpo, estaba completamente desnudo, entonces me enderecé puse mis manos en mi espalda y aflojé el broche de mi sujetador dejándolo caer al piso mientras mis senos se mecían a los ojos de mi hijo. Después fue el turno de mis bragas, me recosté frente a él, levanté mis piernas y le mostré mi culo mientras hacía deslizar las bragas por mis piernas plegadas. Teatralmente abrí mis piernas para que observara bien como estaba hecha ahí abajo, me miraba absorto y su polla parecía crecer aún más.
    
    Apoyé un pies en el piso y retrocedí hasta chocar con el apoyabrazos del diván, levanté mi otra pierna y la puse sobre el respaldo, mi coño estaba completamente abierto para mi hijo, él me miraba y magreaba su pene al mismo tiempo, yo masajeé mis voluminosos senos y pellizqué mis pezones, muy pronto mi mano encontró camino a mi monte de venus y mis dedos acariciaron mi clítoris.
    
    —¡Hmmmm! … que bella y grande pija tienes, Andrés … me gusta mucho ver cuando la acaricias …
    
    —Y a mi me gusta cuando tocas tu coño, mami …
    
    Viendo su mirada ávida y caliente, con mis dedos abrí mis labios mayores e hice ver a mi hijo mi coño mojado, rosadito y con todos sus pliegues bañados en fluidos. Andrés lamió sus labios, yo comencé a acariciarme y a gemir sintiendo mis dedos ...
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