1. Cosas que suceden II.


    Fecha: 09/06/2024, Categorías: Fetichismo Incesto Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... mi coño estaba en constante excitación y me desesperaba por no poder tener un desahogo. La imagen de la pija voluminosa de mi hijo ocupada todos mis pensamientos, la tenía grabada en mi retina y no podía obviarla. Tampoco contribuía el hecho que ahora Andrés pasaba más tiempo en casa conmigo y no salía con sus amigos. Por supuesto que su compañía era un apoyo a mis estados depresivos, pero también era un aliciente a mantener en constante excitación mi coño necesitado y falto de cariño. Todo ello me llevaba a vestirme en forma casual, pero sexy, con faldas muy cortas, mi blusa descuidadamente desabrochada; había veces que caminaba desnuda por la casa cubierta solo con mi bata traslucida. Sus miradas ya no tanto furtivas, me ponían terriblemente caliente y mis sesiones de masturbación habían comenzado a ser cada vez más frecuentes, a menudo de dos a cuatro veces al día y mi fantasía exclusiva era mi hijo.
    
    Se acercaba noviembre y Alberto se iba una semana al año a la pesca de truchas y salmones, mi hija se había inscrito para ir al campamento del colegio, así que se presentaban varios días para estar a solas con Andrés. Otras vez mis sentimientos se encontraban enfrentados, me aterraba la idea de estas en casa solo con él, por otra parte mi cuerpo se llenaba de ansias por tener una oportunidad, ¿Oportunidad de qué?, me preguntaba con desazón y confusión. Me producía angustia el no controlar mis instintos y deseos naturales de mujer sexualmente insatisfecha, sabía que mi hijo se excitaba conmigo quizás tanto como yo me excitaba por él. Sus lascivas miradas a mis tetas y mi entrepierna lo traicionaban a menudo, cosa que a mi comenzaba a halagarme.
    
    La primavera había comenzado cálida, pero con fuertes ventarrones vespertinos y, este sábado en particular el cielo se había cubierto de densos nubarrones obscuros. Parecía un día perfecto para irse a la cama más temprano. Andrés había ido donde sus amigos. Tenía toda la casa para mí. Había dedicado la jornada a ordenar y limpiar todo, pensaba en merecer un reconfortante baño de espuma y relajarme finalmente conmigo misma, debía saciar mi calentura sumergida en esa agua tibia y espumante. Justo cuando me dirigía al baño envuelta solo con mi bata blanca de baño, sentí la puerta principal abrirse, era Andrés, me quede en el umbral de la puerta y esperé que apareciese por el pasillo, mi bata estaba ligeramente abierta y mostraba el comienzo de mi muslo desnudo. Se detuvo de golpe cuando me vio:
    
    —¿Qué vas a hacer, mamá? …
    
    —He tenido bastante ajetreo hogareño el día de hoy … creo que necesito un baño de espuma y relajarme … ¿Y tú, que vas a hacer? …
    
    —También pensaba bañarme … jugamos una partida de futbol con los chicos y estoy un poco sudado …
    
    Algo hizo clic en mi cabeza y sin reflexión alguna le pegunté:
    
    —¿Te atreverías a bañarte conmigo? … como cuando eras un niño … ¿recuerdas? …
    
    —¡Ehm! … si no es problema para ti …
    
    —Por supuesto que no … lo hemos hecho tantas veces antes …
    
    —Pues ...
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