La Feria Medieval - Engañada - Relatos Eróticos

La Feria Medieval - Engañada

... juntos a la feria, y esa reacción de ella en la taberna no habían sido preparadas de antemano con la intención de acabar siendo la esclava de alguien en concreto.

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La noche está cayendo y las primeras antorchas se están encendiendo en el recinto de la feria, de nuevo, como me ha ocurrido desde que cruce la puerta esta mañana, me sorprendo al ver toda la decoración que hay por todos los lados, sé qué todo es tecnología moderna, pero está diseñada de tal forma que cuando hace unos minutos se han encendido las antorchas, he podido captar en el aire el olor a madera quemada e incienso.

La mayoría de los espectáculos principales que se han venido desarrollando durante el día ya han acabado, y todos los puestos poco a poco están cerrando sus puertas, el público que ha aguantado hasta estas horas, se está dirigiendo a la explanada que se extiende al pie de los muros del castillo, para disfrutar de la cena y de la posterior fiesta, fiesta durante la que se celebrará la última subasta de esclavas y donde gran parte de las jóvenes esclavizadas durante el día recibirán su marca de esclava y serán folladas por primera vez en su nueva condición de simple juguete sexual propiedad de un hombre, aunque muchas de ellas ya llegaran bien folladas a ese momento.

Por suerte el día ha acabado tranquilo, sin nada más que reseñar desde que ví como la jefa de animadoras del Instituto y una de mis profesoras eran vendidas como esclavas y folladas delante de todos los visitantes.

Desde ese momento, me he dedicado a recorrer la feria, visitando los diversos puestos, y presenciando algunos de los espectáculos, espectáculos que inevitablemente han acabado con la esclavitud de muchas de las jóvenes participantes. No puedo opinar mucho sobre si la feria o los diferentes espectáculos son realistas o no, Linda es la experta en historia, pero dudo mucho que en las ferias del siglo XII se pudiese esclavizar tan fácilmente a una mujer como sucede ahora, solo las subastas de esclavas que se producen cada hora parecen ser similares a lo que he visto en los pocos libros de historia que he leído.

De nuevo me dirijo a la forja, el sitio que ha atraído mi atención durante todo el día, y donde acordé con Linda que nos reuniésemos si nos separábamos durante la visita, algo que ocurrió después de los hechos ocurridos en la taberna.

Es la cuarta o la quinta vez que me acerco a la forja, esperando encontrar a Linda, pero es la primera vez que la encuentro sin gente alrededor, seguramente porque la picota está vacía, en las ocasiones anteriores he visto como varias jovenes eran subastadas mientras el herrero se las follaba, incluso una joven que luego resultó tener seguro de esclavitud fue llevada al orgasmo mientras pensaba que estaba siendo vendida de verdad.

“Le gustaría probar la experiencia;” me dice el herrero, un joven rubio y musculoso con el torso desnudo en el que no he podido evitar fijarme cada vez que me he acercado, “Aunque ya sabe las consecuencias ...