Malena (V): En la Cárcel - Relatos Eróticos

Malena (V): En la Cárcel

... orina en la vejiga pero sé que no debo protestar. Me pongo la braga. Definitivamente son de papel. En el suelo veo la que Silvie mordió anoche llena de agujeros. Mientras me pongo la maldita prenda veo como esposan a Silvie. El ruido siniestro de los trinquetes al cerrarse se ha metido en mi cabeza, al primer click siento terror.

**************************************************

Nos han traído hasta una especie de sala de espera. Silvie entra con la oficial. Yo debo esperar fuera, sentada en una silla incómoda. La guardiana sale un momento después, lleva los grilletes en la mano. Juega con ellos. Los abre y los cierra mirando para mí. Yo espero en la silla, inclino mi cuerpo buscando una posición protegida. La presión en la vejiga ha llegado a ser un pinchazo constante.

Un buen rato después, Silvie sale sola por la puerta. La guardiana vuelve a esposarla, después usa su walkie, pide otra oficial. Otra mujer uniformada pero pequeña y morena aparece. La primera le dice secamente:

Al módulo femenino de seguridad media.

La nueva mujer sujeta las esposas por la cadena central y tira de modo que Silvie no tiene más remedio que acompañarla.

Ahora entro yo, la oficial abre la puerta y me invita a entrar. Camino lentamente mirando hacia el suelo con mis manos juntas por las esposas descansando sobre el ombligo.

Dentro hay una mujer con bata blanca,hay una mesa y una silla pero espera de pie. No puedo evitar verla con cierto aire siniestro. La mujer me habla:

Buenos días. Enfermera Ochoa. Agente, libérele las manos pero espere tras la puerta.

De mala gana, la oficial me quita las esposas y se va. La enfermera habla en voz baja como si yo no la oyera:

No sé quién ha escrito el protocolo. Quedarme sola con una criminal suelta.

Ahora me mira, desafiante y me ordena:

Quítate el mono, rápido.

Obedezco pero lo hago lentamente. La mujer me increpa:

Rápido, no te voy a morder.

Conservo las bragas de papel. Con varios instrumentos comprueba mi ritmo cardiaco, mi tensión. Mira dentro de mi garganta, de mis oídos. Me palpa la barriga… ¡¡¡Uyyy!!! Ahora las tetas.

Tengo que mirar si hay bultos nena.

Me pincha y me saca sangre. Después me lleva tras una cortina. Hay un pequeño retrete. Me da un frasquito y dice:

Ya sabes…

No sé… ¿Qué?

Que te bajes ese triángulo de papel y mees en el frasco.

Pero usted va a salir…

No, tengo que verte… No queremos trampas en la prueba de drogas.

¿Qué? No me hace ninguna gracia bajarme las bragas y orinar delante de ella. Me siento en el retrete, bajo la braga con las piernas cerradas. Cierro los ojos… no sale nada. Siento muchas ganas, pero no sale nada. Intento otra vez… La mujer se cansa:

Oficial, entre, hay problemas con la reclusa -grita.

La oficial llega corriendo. Me mira desde arriba, yo estoy indefensa, desnuda sobre el incómodo retrete.

¿Qué pasa?

No quiere mear… A saber qué se mete.

¡¡¡Ahhh!!! La oficial se abalanza sobre mí, me sujeta las manos ...